Dos de cada cinco escuelas de todo el mundo carecen de medios para lavarse las manos

Jueves 13, Agosto 2020 - 6:28 PM
Imagen ilustrativa
El 43 por ciento de las escuelas de todo el mundo no tienen medios para que los alumnos puedan lavarse las manos con agua y jabón, una de las premisas claves para contener la expansión del nuevo coronavirus ante el arranque del nuevo curso académico, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF).El informe estima que 818 millones de niños --dos terceras partes en el África subsahariana-- no disponen de estas medidas básicas de higiene. De ellos, 462 millones no tienen acceso a baños o agua, mientras que 355 millones sí disponen de agua pero no de jabón, elemento clave para la limpieza.La ONU advierte de que, en los 60 países considerados de mayor riesgo en términos sanitarios y humanitarios por la pandemia de COVID-19, tres de cada cuatro niños no pueden lavarse las manos y más de la mitad no disponen de una red de saneamiento básica. En total, 698 millones de niños no tienen un servicio de saneamiento en el lugar donde estudian.La directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, ha advertido de que el cierre de escuelas con motivo de la pandemia ha supuesto "un reto sin precedentes" tanto para la educación como para el bienestar de millones de niños, por lo que ha llamado a trabajar para que sea "seguro" reabrir los colegios y que estos estén equipados con las adecuadas medidas de higiene.El responsable de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha coincidido en que "el acceso al agua, el saneamiento y a servicios de higiene es esencial para una prevención y un control efectivos de los contagios en todos los ámbitos, también en las escuelas", por lo que ha llamado a los gobiernos a hacer de este tema una prioridad.Entre las medidas planteadas por la ONU para garantizar una vuelta segura a las aulas figuran, además de protocolos de lavado de manos, el uso de equipos de protección y la limpieza y desinfección de los centros. Naciones Unidas avisa de que la paralización prolongada de las clases puede acarrear consecuencias negativas para los menores a múltiples niveles, y no solo en el ámbito educativo, especialmente para los más vulnerables.