El entusiasmo con el que más de tres millones de hondureños acudieron a votar el 30 de noviembre se ha desvanecido entre la frustración y la incertidumbre, debido a la falta de resultados oficiales. A dos semanas del proceso, el escrutinio avanza lentamente en medio de denuncias de irregularidades y fallas en el sistema, mientras se revisan 2,773 actas con inconsistencias como parte de una segunda fase.

Aunque el país se mantiene en relativa calma, el oficialista partido Libertad y Refundación (Libre) llamó a sus bases a las calles para respaldar a sus candidatos, quienes exigen anular las elecciones. Las protestas han sido menores, pero algunos seguidores de Libre quemaron llantas en Tegucigalpa y otras ciudades frente a sedes vinculadas al proceso electoral.

“La población quiere saber quién ganó para pasar una Navidad tranquila, sin pensar que van a quemar llantas”, dijo Dixon Norales, vendedor ambulante en la capital, reflejando el sentimiento generalizado.

Norales también criticó el “comunismo” de la candidata oficialista Rixi Moncada, ubicada en tercer lugar con 618,448 votos (19.29 %), según el 99.40 % del escrutinio.

El nacionalista Nasry “Tito” Asfura lidera los resultados preliminares con 1,298,835 votos (40.52 %), seguido de cerca por Salvador Nasralla, del Partido Liberal, con 1,256,428 sufragios (39.20 %). Nasralla denunció “fraude”, mientras Moncada calificó el proceso como “un golpe electoral”, respaldada por el expresidente Manuel Zelaya y su esposa, la actual mandataria Xiomara Castro. El Consejo Nacional Electoral tiene hasta el 30 de diciembre para oficializar los resultados.

Ciudadanos como Evangelina Mejía y Juan Godoy han pedido mejoras tecnológicas para futuros comicios.

“Votamos como corresponde y no se nos ha dado el resultado en el tiempo adecuado”, reclamó Mejía. Por su parte, Estephanie Soto sugirió: “Si es necesario, que cuenten voto por voto, aunque tarde hasta el 30 de diciembre”.