La ASI inauguró ayer su congreso sobre digitalización de la industria, evento que concluirá este jueves. / Óscar Machón
El Salvador crece menos que sus pares de Centroamérica por la falta de innovación, elemento clave para mejorar la productividad y que contribuye al desarrollo económico de un país, indicó ayer Galileo Solís, especialista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).La innovación es importante no porque sea un "tema bonito y lindo”, sino por la productividad que genera la adopción de tecnologías en el ámbito público y privado, agregó el también coordinador de la División de Competitividad e Innovación del BID para Centroamérica y México, durante su participación en el congreso "Road to 4.0: hacia la digitalización industrial”, de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI).Antes de la crisis internacional, indicó el experto, El Salvador creció en torno al 2.5 %. Una década después aún "no se recupera” porque no ha podido superar esa tasa, a diferencia de "la mayoría de los países” de la región.En el caso salvadoreño, este lento avance es efecto de la productividad negativa que contrae el crecimiento, agregó.La productividad en una economía se vincula al cambio tecnológico e innovación. "Adoptando nuevas tecnologías, el componente del crecimiento económico de productividad aumenta. Eso inevitablemente ayuda a que el país crezca”, manifestó Solís.
Humanos y máquinasEl último Informe de Competitividad Global, del Foro Económico Mundial (FEM), modificó su metodología para medir cómo están preparadas las economías para enfrentarse a la cuarta revolución industrial. Uno de los pilares mide la capacidad de innovación y coloca a El Salvador en la posición 123 de los 140 países que considera este estudio.Al respecto, Solís consideró que en lugar de "tratar de alcanzar a los países que han avanzando”, El Salvador debe dar "un salto” y "tomar un atajo hacia lograr mejor productividad utilizando la tecnología”.Una de las imágenes más icónicas de la industria del cine es la llegada del tren a la estación La Ciotat, en Francia, rodada en 1896 por los hermanos Lumière. En ese momento, tanto el tren como la cámara eran novedad y ocasionaron pánico. Más de 120 años después, el ser humano aún teme ser remplazado por las máquinas.Esto no pasará, pero sí hay que estar preparados, aseguró Flor de María Cárdenas, directora de HP Guadalajara y ponente del congreso. Las máquinas tienen "tremenda” cantidad de información que les da "cierta inteligencia y, lo más importante, comienzan a tomar decisiones en lugar de nosotros”."No es de asustarnos. Todo el conocimiento que aprendemos se lo mandamos (a las máquinas) a través de la programación, pero hay tantas cosas, como el conocimiento intuitivo, que no lo podemos pasar a las computadoras”, agregó.Sin embargo, la fuerza laboral sí debe estar preparado para esos cambios tecnológicos, agregó Kevin Shaw de la Singularity University, de Estados Unidos, pues si bien las economías emergentes tienen disponibilidad de nuevas tecnologías, el acceso a la formación de capital humano sigue siendo uno de los principales desafíos.