El Salvador y su Acuerdo de Paz: ¿una farsa o el fin de la locura?
Viernes 08, Enero 2021 - 5:45 AM
Un grupo de pensadores de diferente disciplina e ideología hablan del Acuerdo de Paz de 1992.
Miles de salvadoreños que hoy viven en los Estados Unidos salieron huyendo de la guerra salvadoreña en los años ochentas. Las libertades civiles y políticas en esa época podían ser castigadas con torturas, masacres o desapariciones.Esa época espeluznante para miles de salvadoreños concluyó con el Acuerdo de Paz cuyas prolongadas negociaciones culminaron con la firma del 16 de enero de 1992, hace 29 años, en el Castillo de Chapultepec, México.El presidente actual definió el Acuerdo de Paz como una farsa y una negociación entre dos cúpulas. Lo hizo el 17 de diciembre pasado en el caserío El Mozote, Meanguera, departamento de Morazán.Diario El Mundo consultó a un intelectual de izquierda, un firmante del Acuerdo, un abogado excapitán y al director de una organización ciudadana que hoy promueve la democracia y la transparencia. Ninguno ve el Acuerdo de Paz como farsa. En ese mensaje, ven una estrategia.
Los logros
El escritor y periodista Walter Raudales asegura que los acuerdos de paz rompieron con las dictaduras militares de El Salvador desde principios del siglo XX y detuvieron el conflicto armado.El Salvador fue gobernado por gobiernos militares desde 1931 hasta 1979."Permitieron el inicio de un ciclo de paz que permitió abrir las puertas a la construcción de democracia”, dice.Óscar Santamaría, excanciller y firmante del Acuerdo por parte del Gobierno, puntualiza que la firma implicó el fin de la guerra, la paz política y la reforma política del Estado.Santamaría menciona la reforma de la Fuerza Armada entre los logros, además de las modificaciones en las instituciones de las áreas judicial, electoral, derechos humanos y Ministerio Público.Luis Parada, un abogado y exmilitar salvadoreño quien reside en Washington, le otorga a los Acuerdos de Paz un inmenso logro en evitar que la situación empeorara en dimensiones no vividas."Después de la ofensiva de noviembre de 1989 y de la nueva ofensiva de noviembre de 1990, en que la guerrilla por primera vez utilizó misiles antiaéreos, la situación era tan delicada que cualquier provocación podía convertirse en la chispa que detonara una explosión de una magnitud no vista en El Salvador desde 1932”, indica.Otro conflicto
Algunos creen que un país que no reconoce los logros del Acuerdo de Paz puede tener consecuencias. Raudales sostiene que si no se reconocen los logros existe "una alta probabilidad” de que las causas de la guerra "se agudicen en nuevos escenarios y nuevos personajes”, y "desaten realidades irreconciliables”. El escenario generaría, según Raudales, "nuevos conflictos sociales” que causarían más pobreza a las mayorías.Para el firmante de la paz, no reconocer los logros de los acuerdos de paz es mostrar pobreza no solo en el ámbito intelectual, sino también ausencia de cultura política.Eduardo Escobar, de Acción Ciudadana (AC), advierte que reconocer la importancia del Acuerdo de Paz hace ver como sociedad cuáles son los errores cometidos que llevaron al conflicto armado."No deben ser vistos como algo etéreo, sino como un evento que posibilitó al país resolver los problemas por las vías institucionales y pacíficas... Como se dice popularmente, un pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla”, advierte.Ven estrategia.
Tras el intento por desacreditar el logro del Acuerdo de Paz analistas consultados ven una estrategia comunicacional de fondo."Detrás de toda la acción política del Gobierno hay una estrategia comunicacional de fondo, este es el Gobierno del espectáculo, de las luces, cámara y acción”, expresa Escobar, de Acción Ciudadana, una organización que promueve la transparencia de los partidos políticos.Según Escobar, afirmar que los acuerdos de paz son una farsa es parte de la estrategia de querer borrar de la memoria colectiva todo acto del resto de partidos políticos, aunque estos sean positivos. "Aprovechando que viene el Bicentenario (de la independencia), se borra la memoria colectiva, lo poco que quedaba de los acuerdos de paz y siembra un nuevo hito en la memoria de la población, el Bicentenario, ahí él puede aparecer como el prócer que luchó contra los mismos de siempre”, interpreta. Para el militar retirado Luis Parada, el presidente "ha vuelto a politizar” a la Fuerza Armada y a la Policía Nacional Civil (PNC), dos instituciones creadas a partir de los Acuerdos de Paz, al "utilizarlas como instrumentos para intimidar a las otras instituciones del Estado encargadas de mantener un Estado democrático bajo la ley”.El acuerdo de paz permitió disolver cuerpos de seguridad como la Guardia Nacional (GN) y la Policía de Hacienda (PH), así como la Policía Nacional (PN). "Es un intento de borrar la historia de El Salvador. En realidad es un intento de repetir la historia autoritaria de El Salvador”, indica.Raudales cree que es sacar provecho electoral e intentar hacer creer "que todo comienza con él y desde él”. Para Raudales, la historia de El Salvador ha cerrado una época que inició en 1979 con el golpe de militares jóvenes, y abierto otra cuya figura principal es Bukele.A los Acuerdos no les pasa absolutamente nada
El firmante de la paz Óscar Santamaría sostiene que a los Acuerdos de Paz firmados en 1992 "no les pasa absolutamente nada” con el comentario del presidente Nayib Bukele, quien los tildó de farsa. "Su contenido se tradujo ya y son parte de la construcción y modernización del Estado actual. En otras palabras, la obra está realizada”, comenta.
Santamaría no cree que se puedan desprestigiar, ya que el prestigio y reconocimiento de los Acuerdos de Paz "ha trascendido ya fronteras y son ejemplo de construcción de paz en el mundo”.