Jorge "Mágico" González es considerado por jugadores del Cádiz y Valladolid como un "bohemio del fútbol"
No importaban sus desórdenes personales y desvelos nocturnos, el enfoque de técnicos, jugadores y aficionados eran dentro de la cancha. Ahí el astro salvadoreño, Jorge "Mágico” González demostraba su calidad y factura que sorprendía a grandes y chicos. Ex jugadores de Cádiz y Valladolid rememoran todas sus hazañas tanto dentro como fuera de la cancha.El ex futbolista gaditano, Juan José Jiménez "Sandoken” destacó que Jorge tuvo todos los ingredientes para ser el mejor jugador del mundo. "Yo escucho eso de que no se cuidaba y alucino. Yo entrenaba con él y era un portento. Corríamos en la playa y siempre iba el primero. Tenía una condición física natural buenísima. Si se hubiera cuidado más, pues claro, pero eso decimos todos... "si me hubiera cuidado más”. El caso es que él físicamente era un portento y con un cambio de ritmo brutal. Pero de los buenos”"Iba a su rollo. Cuando un entrenador estaba muy encima no le gustaba entrenar o no quería jugar. Había que dejarlo a su aire. Cuando él no quería, jugábamos con 10, pero cuando quería éramos 12”, agregó.El ex jugador de Valladolid entre 1983 y 1987, Eusebio Sacristán, apuntó que con cualquier objeto "Mágico” se divertía. "En aquella época, las cosas que le veías a Maradona sólo podías verlas también en el Mágico. Cogía una piña y la dominaba como si fuera un balón. Sin ningún problema. Subía las escaleras del estadio con el balón dominado, camino al vestuario. Dejaba rotos a los centrales y no sólo por habilidad, sino también por velocidad y agilidad. ¿Qué pasó? Pues que sus horarios eran sólo los suyos e iban a contracorriente de todos los demás”.Otro ex futbolista del Valladolid también presenció los trucos que difundía Jorge fuera de la cancha. "Aquel día él llevaba una pelota de ping pong, a la que daba toques todo el rato. ¡Incluso sentado! Se estaba cambiando y no la dejaba caer. Nosotros se la pedíamos y lo intentábamos... y ni de coña nos salía. ¡Pero ni de cerca! Técnicamente ha sido el mejor jugador con el que he jugado. Quizá no como rendimiento, pero técnicamente sin duda ha sido el mejor”.Por su parte, Uno de los compañeros de "Mágico” en el Cádiz era Hugo Baca, dijo que los autógrafos que regalaba a sus hinchas eran una obra de arte. "Un autógrafo suyo era como el de un artista. Es una reliquia, es como de Dalí. Se tomaba dos minutos para cada uno. Con cuidado, con una caligrafía excelente. Siempre ponía: gracias (siempre daba las gracias), ponía su firma, El Salvador, la fecha... tardaba dos minutos en cada camiseta, pero tenía cientos peticiones. Era de locos ir a cualquier sitio con él. Y él no se molestaba. Otras veces él se ataba una toalla en la cabeza y adiós. No le daba bola a nadie”.Baca agregó que el fútbol del "Mágico” era muy apreciado, pese a sus excentricidades. "Tenía más de Johan Cruyff que de Maradona. Era otro tipo de jugador más explosivo, más veloz. El Mago era un avión, te hacía un regate a 200 por hora. Te mataba. Tenía cosas espectaculares. Le faltaba la profesionalidad de otros futbolistas, pero él era así: un bohemio. Nos quedábamos embobados en los entrenamientos con él. Lo disfrutamos muchísimo, tanto jugador como director deportivo al volver del Valladolid, que fue su mejor época, con Víctor Espárrago”.