Tres miembros de la familia Pérez, refugiados salvadoreños que viven en México, visitan la tumba de un joven pariente en el estado de Chiapas. Foto: ACNUR
El asesinato de cuatro familiares a manos de pandillas, forzó a la familia Pérez a dejar su país, El Salvador, y ponerse a salvo en México.La cabeza de la familia, María Luz Pérez de 71 años de edad, contó a la agencia de la ONU para los Refugiados, cómo las extorsiones impuestas por pandilleros acabaron con la vida de un yerno y su nieta.El yerno de María fue asesinado en el año 2015, debido a que no pudo pagar $ 5.000 dólares que le exigió un grupo de pandillas.Meses después, la pandilla le exigió la misma cantidad a la hija de María, Sandra Felicitas Pérez de 42 años, para mantener a su familia y negocio seguros.Sandra recuerda que tras esa amenaza, ella, su esposo y sus hijos; vivan encerrados en su casa y que sólo abrían la puerta para salir a buscar comida.Sin embargo, un día la hija de Sandra, quien tenía el mimo nombre de su abuela María Luz, de 19 años, decidió dejar el miedo de lado y dirigirse a la tienda de su familia. Pero las amenazas de los pandilleros se cumplieron y asesinaron a la joven en el interior del negocio."Cuando me enteré, se me destruyó la vida. Dos días después, la enterramos y luego huimos. Sabía que si no nos íbamos, nos matarían a todos”, dijo Sandra a la agencia de la ONU.La tragedia continuó en la vida de los Pérez. Otro nieto de María Luz, fue también asesinado a tiros por un pandillero que quería sus zapatos Puma. La madre del joven, Sara del Carmen, fue baleada tres meses después por la misma pandilla.Estos acontecimientos motivaron a que 17 miembros de la familia Pérez emprenderían en el año 2015, su viaje a México para buscar refugio y alejarse de las pandillas. En este país han encontrado un lugar donde vivir y estar juntos, así como trabajos que les permiten ganar un poco de dinero para sobrevivir.Sandra dice que quieren ser un ejemplo de superación para otras personas."Quiero que los demás nos conozcan como personas que se esforzaron mucho, que lo dieron todo. Así es como podemos honrar a los miembros de nuestra familia que murieron”, asegura.El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados cree que las solicitudes de asilo en México se duplicaran en 2017, llegando a más de 20.000.
María mira fotos de familia en su habitación en el sur de México. El vestido colgado en la pared pertenecía a su bisnieta, María Luz, quien fue asesinada por un pandillero en El Salvador. Foto: ACNUR
María sostiene una foto de su hija Sara, asesinada por una pandilla a los 27 años. Foto: ACNUR