Jacqueline Stephanie Chávez Cuadra tenía 13 años, estaba en la adolescencia cuando en la iglesia a la que asistía llegaron un grupo de psicólogas a impartir unas charlas con base y fundamento e inmediatamente lograron captar su atención, posteriormente lo que comenzó como un interés genuino, con los años, se convertiría en la profesión que le ha llevado a alcanzar muchos méritos a sus 33 años.
En sus primeros años, Jacqueline vivió en una comunidad rural en el volcán de San Miguel, mientras crecía con su abuela, su hermana y su mamá, pensaba que se le haría difícil acceder a la educación que deseaba por su condición socioeconómica, pero sus buenos grados académicos le llevaron a acceder a una beca remunerada en la universidad de El Salvador, su casa de estudios. “Pensaba que se me iba a hacer difícil por la condición socioeconómica” recuerda con nostalgia.
Asimismo, cuenta que su apoyo e inspiración siempre han sido su mamá y su abuela, y aunque ellas no tuvieron un estudio universitario, como personas lograron realizarse y esa motivación fue que la impulsó a conseguir sus metas. Para ella, el perfil de inteligencia y fortaleza de su abuela, y el de calma y serenidad que le transmite su madre han sido su molde.
A lo largo de su trayectoria académica y profesional una de las áreas en las que se ha destacado ha sido por su aporte en la salud mental de las infancias. “Cuando hice mis prácticas en las escuelas me llamó mucho la intención trabajar con niños y su grupo de familiar.”
Fue cuando cursaba quinto año que tuvo la oportunidad de hacer sus prácticas en el Centro de Rehabilitación Integral de Oriente (CRIOR) y le interesó el área de neurodesarrollo en las infancias, además de la parte hospitalaria.
“Cuando yo hice mi tesis, siempre quise dejar algo que fuera un legado, que no fuera solo un estudio. Y con mi compañera de tesis implementamos una ludoteca hospitalaria con los recursos que teníamos”, cuenta Chávez.
Es así como nació un centro de terapia de juegos para niños en el hospital San Juan de Dios y la subdirectora en gestión de ese entonces buscó la financiación con la empresa privada que permitiría acondicionarlo en un espacio cómodo y recreativo para los niños que se encuentran hospitalizados. Desde entonces, ella trabaja en el hospital San Juan de Dios. Área que le permite hacer algo en pro de la calidad de vida de los pacientes, expone.
Centro de Terapias Infantiles PEQUES
Con la misma convicción de generar espacios adecuados en la atención de las infancias, el 25 de febrero de 2019 Jacqueline funda el Centro de Terapias Infantiles PEQUES; un centro de terapia y atención para niños, con la idea de proveer la consulta infantil de forma adecuada, con un equipo multidisciplinario, donde los recursos y acondicionamiento fueran los óptimos.Además, ella agrega que una de sus iniciativas profesionales ha sido también poder generar empleo.
Básicamente trabajo a medio tiempo en el hospital San Juan de Dios, y mi consulta privada la divido en dos, en mi clínica privada es donde vemos a adultos y adolescentes y en ocasiones a niños, y luego peques”.
Jacqueline Chávez, profesional en la salud mental.
En PEQUES se aborda la estimulación temprana, terapia de lenguaje, terapia educativa. Y el equipo multidisciplinario idóneo que cuenta con cada una de sus especialidades. Comenzaron con pocos niños, y pocas profesionales, pero han crecido mucho por ese interés de trabajar las áreas de neurodesarrollo, comenta Chávez.
“Me he formado para proporcionar métodos que mejoren la calidad de vida del paciente”, dice Chávez.
Jacqueline estudió su licenciatura en psicología en la Universidad de El Salvador, posteriormente continuó con una maestría en psicología clínica en la Universidad Gerardo Barrios y recientemente cuenta con la especialización en Neuropsicología por la organización Euroinnova de España.
“Mis planes estaban en ir a estudiar la maestría en neuropsicología clínica afuera y presencial en 2020, pero por la pandemia eso se pospuso y por ende, la obtuve en línea con una organización en España”, expuso Chávez.
Además, ella explica que su área en psicología es trabajar con las emociones, los procesos mentales de los pacientes. “Necesitaba y quería ampliar mis conocimientos con el cerebro y los procesos neurológicos que tienen que ver con los comportamientos y las emociones y eso me ha permitido abordar de una manera más practica los casos, así tengo una base neurológica y me da la pauta de cuanto es necesario acompañar la terapia con otra especialidad", señaló.
Presidenta del Gremio de Psicólogos de Oriente
Psicoriente, una organización que surge con la iniciativa de compañeros en 2011. En ella realizan actividades para el mismo gremio como el desarrollo de charlas y conferencias, pero también apoyan y dan ayuda en beneficio a las comunidades en situaciones de crisis y desastres.La experta también ostenta el cargo de presidenta en el Gremio de Psicólogos de Oriente, cargo del que dice estar orgullosa y ser un logro tanto personal como profesional.
Con Psicoriente no solo ha tenido la oportunidad de viajar y representar al país en un congreso regional en Centroamérica, sino también tuvo la oportunidad de ser la representante a nivel latinoamericano como en el Congreso Latinoamericano de psicología en Peru llevado a cabo en 2019.
Como resultado, Jacqueline expone que lo que le llena de satisfacción a nivel profesionalmente ha sido lograr representar a su país a nivel internacional brindando conferencias, generar docencia, hacer actividades de solidaridad como gremio y haber logrado fundar PEQUES con un equipo y realizar terapia en su propio consultorio. Además de saber que cada persona que ha llevado un proceso de terapia con ella, se ha llevado una satisfacción tan grande que es recomendada con otras personas.
Mi mayor logro es conservar mi objetivo de vida que es ser feliz. Hemos nacido para ser felices. Y lo que más disfruto de lo que hago es la mejora en la calidad de vida de mis pacientes, porque yo también crezco como persona”.
Jacqueline Chávez, profesional en la salud mental.