El local de Roxana González está ubicado en la 2ª avenida Sur, en el municipio de San Rafael Obrajuelo. / Jaqueline Villeda
Roxana González es una salvadoreña que se dedica desde hace dos años a la elaboración de sorbete artesanal, pero en los últimos meses se ha visto afectada por la poca demanda que las personas tienen hacia sus productos.Esta salvadoreña, originaria de San Rafael Obrajuelo, aprendió a elaborar sorbete artesanal desde hace dos años, a través de una capacitación que brindó Insaforp, en conjunto con Ciudad Mujer; posterior a eso comenzó a emprender y como no podía adquirir una máquina para hacer sorbete, pues tenía un costo aproximado de $90 en el mercado, decide utilizar dos ollas de acero inoxidable para trabajar su producto. Coloca el hielo con sal en la más grande y, sobre ésta, posiciona la olla más pequeña, donde procede a colocar la fruta para elaborar el sorbete.A través de las diferentes ferias realizadas en el municipio se dio a conocer, y al mismo tiempo comenzó a vender su producto en la tienda que manejaba su mamá. Así logró comprar, con ayuda de su esposo, un freezer para exhibir los sabores de helado, recibiendo en su momento aceptación por parte de los clientes, pero desde que su mamá cerró la tienda, el negocio no fue igual.
Roxana puede elaborar más de 15 sabores de sorbetes. / DEM
"Hay días en los que no se vende nada”, indica Roxana y señala que es porque "hay gente que a veces venía a comprar, a hacer una recarga, y ya cuando me veían me compraban sorbete”. Ahora "tengo que mantener abierta la puerta para que me vean,” porque de lo contrario, asegura, "las personas no entran al local y vendo poco”.A raíz de esto, Roxana generó nuevos sabores, como el ron con pasas, el chocolate, el de galleta, y el de leche a la variedad de sorbetes en venta, asegurando que tuvo la aceptación de las personas, pero la demanda no era como al inicio.Posterior a eso decidió comenzar a vender su producto al mayoreo en un colegio de la zona, entregándole una cubeta (equivalente a una caja de sorbete), jalea y conos por el precio de $15; pero esta forma de negocio solo duró seis meses y la razón, según Roxana, fue porque "las cajas de sorbetes que vienen ya hechas las venden más baratas”; agregó que a ella se le hacía imposible "darle más barato a la gente”.Luego de esto, Roxana optó por adquirir una máquina para hacer conos de helado.
Roxana puede elaborar más de 15 sabores de sorbetes. / DEM
Comenta que el propósito era buscar nuevas "formas en cómo hacer los productos” y asegura que "cuando vendo barquillos, sí se vende bastante”.Pero a pesar de que vende su mercancía con precios desde los 25 centavos, pues siempre le inculcaron "vender barato, porque si vendo barato puedo vender más y en cambio si vendo caro puedo vender un día pero los otros no”, no logra tener la afluencia de clientes como los tuvo hace dos años.Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos, Roxana asegura no lograr posicionarse de nuevo en el mercado, aunque a pesar de todo, los clientes que siempre buscan su producto le "han ayudado económicamente”.Indica que el negocio en estos momentos es "de subsistencia y a veces lo que vendo, eso es lo que consumo” aseguró.Esta obrajuelense espera que con las fiestas patronales que se realizarán en San Rafael Obrajuelo del 12 al 24 de octubre, incrementen las ganancias y pueda, de alguna forma, atraer no solo a turistas, sino también que más personas de su mismo pueblo regresen a ser compradores continuos de su artesanal sorbete.