La Ruta del Loroco y su impacto cultural y económico
Jueves 28, Noviembre 2024 - 4:00 AM
El loroco no es solo un ingrediente; es un emblema de la gastronomía y la identidad salvadoreña. Al llegar fresco a tierras estadounidenses, permite que la comunidad salvadoreña mantenga un vínculo tangible con su tierra natal, lo que ayuda a mitigar la nostalgia que muchas veces acompaña a la diáspora.
El loroco conecta a los salvadoreños desde sus campos de cultivo en La Paz y San Vicente hasta los supermercados estadounidenses donde los adquieren para seguir degustando su gastronomía. Así lo relatamos en un reportaje publicado el miércoles donde se narra cómo los trabajadores en San Rafael Obrajuelo, La Paz, llegan al amanecer a cortar el loroco que en 24 horas recorrerá más de 2,800 kilómetros para llegar al corazón de los salvadoreños en Houston, Estados Unidos.
No es solo una actividad comercial, es un esfuerzo admirable por preservar la tradición y la identidad salvadoreña en el extranjero. Un testimonio del poder de la globalización cuando se combina con la innovación logística y un profundo respeto por las raíces culturales. Y en eso los protagonistas son los salvadoreños Jorge Monterrosa en La Paz y Juan Carlos Kalil en Texas.
El loroco no es solo un ingrediente; es un emblema de la gastronomía y la identidad salvadoreña. Al llegar fresco a tierras estadounidenses, permite que la comunidad salvadoreña mantenga un vínculo tangible con su tierra natal, lo que ayuda a mitigar la nostalgia que muchas veces acompaña a la diáspora. Más allá de su importancia cultural, esta cadena de suministro representa un modelo de desarrollo económico que beneficia tanto a los productores locales como a los consumidores en el extranjero.
Desde un punto de vista económico, este esfuerzo fomenta el empleo rural en El Salvador, una región históricamente marginada y golpeada por la emigración masiva. Además, resalta el potencial de la agroindustria salvadoreña como un sector competitivo en el mercado global.
En este esfuerzo es clave el respaldo técnico del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), a través del programa de Proinnova, ejecutado en El Salvador por Fusades desde 2019 que contempla el apoyo a 1,900 emprendedores y empresas emergentes con desarrollo de marca, compra de equipos y proceso de exportación. Este modelo podría replicarse para otros productos emblemáticos de la nación, impulsando aún más la economía local.
Este caso exitoso no solo enaltece el ingenio y la perseverancia de los salvadoreños, sino que también subraya la necesidad de políticas públicas que apoyen y fortalezcan iniciativas agroexportadoras como esta. Es crucial que el gobierno y el sector privado trabajen juntos para garantizar que los beneficios de estas iniciativas lleguen a toda la cadena de valor, especialmente a los agricultores.
La ruta del loroco es más que un viaje de 24 horas; es un puente entre dos mundos. En cada bocado de una pupusa preparada con loroco fresco, los salvadoreños en el extranjero no solo saborean un alimento, sino un pedazo de su identidad. Este logro debe celebrarse y servir de inspiración para otros proyectos que fortalezcan los lazos culturales y económicos entre El Salvador y su diáspora.