Ya suficiente violencia existe en la sociedad salvadoreña que aún con el régimen de excepción y las capturas de pandilleros y colaboradores de todas las agrupaciones delictivas los homicidios en la sociedad salvadoreña no paran. Existe un promedio de 0.3 homicidios diarios en los primeros 29 días de enero 2023, ninguno relacionado con pandillas, sino con violencia social, intolerancia, violencia intrafamiliar, para que los aficionados que buscan un poco de distracción sana vean este tipo de espectáculos en los escenarios donde se practica el fútbol profesional.
Se puede usted imaginar la expectativa de ver al equipo de sus amores, sus extranjeros, los promesas, los grandes referentes, los nuevos fichajes para ver a seis jugadores expulsados por actos de matonería, más una cantidad doble con tarjetas amarillas, registramos más cartulinas rojas y amarillas que goles en los seis partidos de inicio.
Pero estas situaciones no son novedosas, como aspiramos un fútbol y un espectáculo diferente si los jugadores, dirigentes, empleados administrativos y los mismos árbitros son parte de una sociedad violenta y que privilegia responder con actos violentos como primera respuesta. Y qué decir de un grupo de aficionados que disfruta de ver este tipo de espectáculos y que muchos de ellos los van a continuar en los graderíos o afuera del estadio.
Este lamentable inicio del torneo clausura 2023 debe atenderse con las causas estructurales de la violencia al interior y exterior de los escenarios deportivos, durante años he propuesto y sugerido una ley de seguridad en escenarios y eventos deportivos que pueda ser supervisada y controlada por la Fiscalía General de la República (FGR) y la Policía Nacional Civil (PNC), ¿qué se espera? ¿muertos, heridos, una desgracia colectiva, lesionados de gravedad?.
Es deseable que se actúe con un marco regulatorio para este tipo de actividades que personas en los graderíos haciéndose pasar por aficionados llegan a cometer faltas y delitos. Y la liga debe de tomar acción con sus afiliados para que establezcan programas de prevención y salud mental con los jugadores, así como sanciones que sean ejemplo ante protagonistas que no puedan manejar sus emociones y el estrés.
A la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT) una vez más nombran a un miembro del directorio que no conoce de seguridad como presidente de la comisión de seguridad de la FESFUT, una comisión de ocho personas que desconocen de seguridad y que solo buscan protagonismo sin brindar aportes técnicos.
La violencia de la sociedad salvadoreña debe ser erradicada, necesitamos una cultura de paz y sana convivencia. No hay lugar en El Salvador donde se hagan actos machistas colectivos como en los estadios y sus alrededores.