Presidente de Camarasal en entrevista televisiva. Foto cortesía Frente a Frente.
La propagación de la pandemia de COVID-19 que ya tuvo sus primeros costos humanos en El Salvador, amenaza con acabar con más de la mitad del empleo formal en el país, unas 350,000 plazas, reveló el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal), Jorge Hasbún.La última encuesta de la gremial, preparada después de la extensión de la cuarentena domiciliaria hasta el 28 de abril, revela cifras muy poco alentadoras para las empresas salvadoreñas, aseguró el representante de la gremial en la entrevista Frente a Frente, de Telecorporación Salvadoreña (TCS).Según Hasbún, un 93 % de empresarios consideraban que las medidas implementadas por el Gobierno, como la cuarentena domiciliar obligatoria, son adecuadas y necesarias para resguardar la salud de la población. El apoyo se mantiene en la nueva encuesta de Camarasal, pero las perspectivas son más alarmantes.El primer estudio, realizado entre el 17 y 23 de marzo pasado a 301 empresas socias, indicó que al menos un 60 % de los encuestados reportaron un deterioro del 50 % en sus ingresos.Con el endurecimiento de las medidas, mayores restricciones a empresas y la prórroga decretada a la cuarentena, un 85 % de empresas reportan una disminución de sus ingresos mayor al 50 %."El deterioro que ha habido en dos semanas es impresionante", indicó el presidente de la gremial.Ahora, un 50 % de los encuestados estiman que potencialmente cerrarán su negocio. "Si nos vamos al dato de los 700,000 empleos formales, hay 350,000 empleos en riesgo por COVID-19", aseguró Hasbún."Los empresarios priorizamos que la salud es lo primero, pero hay que tratar de trabajar la salud física a la par de la economía. Es importante salvaguardar el empleo hoy que todavía es tiempo, antes de querer levantarlos de las cenizas", agregó.