Más de 5.000 personas han muerto este año en Venezuela por "resistencia a la autoridad", según el informe anual difundido este viernes por el Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), que habla de "la mayor crisis social de la historia".De acuerdo con los datos del OVV, un total de 16.506 personas murieron de forma violenta en Venezuela en 2019, de las cuales 6.588 fueron homicidios y 5.286 por "resistencia a la autoridad", mientras que las 4.632 aún se están investigando.Estas cifras sitúan la tasa de muertes violentas en Venezuela en 60,3 por cada 100.000, una de las más altas del mundo a pesar de que no hay ningún conflicto armado en la nación caribeña."En el año 2019 Venezuela ha vivido la mayor crisis social de la historia por la destrucción de la economía, la pérdida de capital humano por la emigración, el deterioro del Estado de Derecho y el incremento de la desigualdad social", ha denunciado el OVV.Este contexto de "destrucción institucional" ha propiciado "cambios importantes" en la violencia, "pues la criminalidad acompaña los cambios en las sociedades y procura adaptarse a las oportunidades que le ofrece el mejoramiento o empeoramiento de las condiciones de vida"."Los actores criminales administran la violencia para poder garantizarse un usufructo de la renta como resultado de la utilización de la fuerza, sea para depredar los frutos del trabajo o los recursos disponibles en ese territorio, sea para establecer condiciones desiguales que les permitan un acceso privilegiado a las fuentes de riqueza y de renta existentes", ha indicado.El OVV ha señalado que, en el caso de Venezuela, "se ha incrementado la destrucción del pacto social por la suma perversa, y en apariencia contradictoria, de anomia y autoritarismo, lo cual ha provocado, por una parte, una actuación arbitraria y discrecional de instituciones que incumplen sus obligaciones y violan Derechos Humanos y, por otra parte, la desconfianza de la población en instituciones y funcionarios cuyo desempeño está sujeto a normativas (...) con cambios impredecibles y sin un claro fundamento".Además, ha alertado de que, "en lugar de la deseada independencia de los tres poderes, capaces de generar contrapesos, lo que existe de manera fáctica es una dualidad de poderes que durante este año ha permanecido y profundizado"."A la existencia de dos poderes legislativos y dos poderes judiciales se sumó en este año dos poderes ejecutivos", ha recordado, mencionando a Juan Guaidó, "designado por la Asamblea Nacional legítima y reconocido por una parte de la sociedad y por varias decenas de países del mundo como el presidente encargado legítimo del país", y a Nicolás Maduro.El OVV ha reprochado a Maduro que "continúa gobernando bajo el 'estado de excepción' establecido desde mayo de 2016 y prorrogado de manera indefinida e inconstitucional varias veces, concentrando por esa vía cada vez más poderes y con cada vez menos controles y regulaciones".De esta forma, ha continuado, "las leyes se personalizan y se politizan, dejando de ser mecanismos de regulación social universal para convertirse en instrumentos para la persecución casuística de los diferentes y disidentes".Con todo ello, "los mecanismos básicos de funcionamiento de las sociedades se pierden y el delito de distintos rostros encuentra nuevas y mejores oportunidades para actuar". "Como no hay reglas universales y legítimas, el poder fáctico impone sus reglas y las aplica de manera arbitraria para obtener riqueza o conservar el poder", ha explicado.