Ortega descarta diálogo con oposición y propone elecciones para 2021
Exgeneral sandinista: Ortega es "un dictador peor que Somoza”
En la plaza pública más grande de la capital nicaragüense se conmemoró este viernes el 40 aniversario de la revolución sandinista que derrocó el 19 de julio de 1979 al presidente Anastasio Somoza Debayle.
La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, que en la práctica es la que está al frente de los asuntos del gobierno, calculó la llegada de unos 500 invitados extranjeros para participar en la celebración de las efemérides que esta vez se realizarán en medio de la peor crisis política que sacude al Gobierno del presidente Daniel Ortega.
"Lo primero que hay que aclarar es que aquí no hay nada que celebrar, la revolución concluyó en 1990”, declaró al diario español ABC el general nicaragüense en retiro Hugo Torres, quien en el pasado fue un destacado guerrillero antisomocista que participó en 1978 en el asalto al Palacio Nacional, acción que obligó al presidente Somoza a ceder a algunas demandas que solicitaban los sandinistas.
Torres también participó en 1974 en otro exitoso operativo de asalto a la residencia de un importante funcionario del régimen de Somoza. Gracias a esta audaz acción, el presidente Anastasio Somoza se vio obligado a conceder la libertad de Daniel Ortega que se encontraba en prisión. Ortega, en esa ocasión, fue trasladado a Cuba con sus amigos del comando guerrillero.
Cuarenta años después del ascenso de la revolución, Hugo Torres califica a Ortega de "un dictador peor que Somoza” debido a los alarmantes niveles de represión que ha alcanzado su gobierno contra los ciudadanos. Organismos nacionales e internacionales de derechos humanos afirman que más 300 personas han muerto desde abril de 2018, fecha en que se iniciaron las protestas.
Torres recuerda que la metamorfosis política del mandatario se inició después de la derrota electoral que sufrió en 1990 cuando se enfrentó en las urnas a Violeta de Chamorro.
Fuera del gobierno y aprovechando su prominente posición que ocupó en los años 80 al frente del gobierno revolucionario, el dirigente sandinista comenzó a apoderarse de las estructuras del partido y para eso tuvo que aplacar a las voces críticas y fue así que se convirtió "en el eterno candidato presidencial del Frente Sandinista de Liberación Nacional”.
Antes de volver al poder Ortega fue vencido en tres ocasiones sucesivas.