Decenas de habitantes de Bayamo, una ciudad de unos 200,000 pobladores al oriente de Cuba, salieron a las calles las noches del jueves y viernes en protesta por los prolongados apagones —que superan las 30 horas— y la falta de alimentos básicos.

La población, indignada por la crisis energética y alimentaria, protagonizó manifestaciones pacíficas en los barrios Latinoamericano y Rosa La Bayamesa, donde marcharon en la oscuridad entre gritos y cacerolazos. La protesta en Rosa La Bayamesa fue interceptada por las autoridades en las cercanías del puente que conduce al centro de la ciudad.



Aunque la Policía Nacional Revolucionaria y miembros de las Tropas de Prevención de las FAR se desplegaron por la zona, los manifestantes no reportaron enfrentamientos ni detenciones. Sin embargo, testigos afirmaron que el acceso a internet fue interrumpido durante las movilizaciones. “La quitaron, no había nada de cobertura”, dijo una mujer que pidió anonimato.

El reclamo principal de los vecinos apunta a la falta de electricidad y comida. “Todo está relacionado con el tema alimentos y la corriente”, aseguró la residente. Los alimentos subsidiados escasean, mientras el peso cubano continúa perdiendo valor frente al dólar en el mercado informal, dejando a miles con un poder adquisitivo colapsado.

Los apagones son extremos. Según testimonios, los cortes de energía llegan a durar entre 24 y 30 horas consecutivas, con apenas unas pocas horas de servicio eléctrico. “La comida se arruina, no se puede dormir, los niños no fueron a la escuela”, relató la misma fuente.

Las protestas en Bayamo no han sido aisladas. En los últimos días también se han reportado manifestaciones en Manzanillo, Jabaquito, Santiago de Cuba y Pinar del Río, en medio de un panorama nacional marcado por la crisis.

Cuba atraviesa una de las peores situaciones económicas en décadas, producto del endurecimiento de sanciones de Estados Unidos, la pandemia y errores internos de política monetaria. A esto se suma una aguda escasez de alimentos, agua, medicamentos, gas y combustible, además de una inflación desbordada y un sistema cada vez más dolarizado.

Los cortes eléctricos, percibidos como catalizadores del malestar popular, han sido detonantes de protestas recientes, como las del 11 de julio de 2021, en La Habana y Nuevitas en 2022, y las del 17 de marzo de 2023 en Santiago de Cuba y otras localidades.