Sacerdote acusado de agresión sexual en menor seguirá en prisión

El Juzgado Décimo de Paz de San Salvador ordenó ayer que el sacerdote guatemalteco José Venancio Boror Uz, siga en prisión por una supuesta agresión sexual en una niña de seis años.La Unidad de Delitos Relativos a la Niñez, Adolescencia y la Mujer en su relación Familiar de la oficina fiscal de San Salvador presentó a eso de las 10:00 a.m., la acusación formal y cuatro horas después se instaló la audiencia inicial en la cual la jueza accedió a la pretensión del Ministerio Público de instruir el proceso con la medida más grave que es la detención provisional.El caso fue judicializado con reserva total y en el expediente la Fiscalía General de la República hizo ver a la jueza que el delito que le atribuye al sacerdote no aplica ninguna medida alterna a la detención, mencionando el artículo 331 del Código Procesal Penal, en el que se señala que un procesado por delitos relativos a la libertad sexual no puede gozar de medidas.La agresión sexual en menor e incapaz es un delito castigado con prisión de 14 a 20 años, según el artículo 161 del Código Penal.Ante la gravedad del delito la representación fiscal fundamentó su petición de detención, porque debido a la elevada pena, el acusado podría huir y no presentarse a las diligencias a realizar en la fase de instrucción, entre esas la audiencia preliminar.Sobre el caso ninguna de las partes se refirió por cómo habrían ocurrido los hechos, ya que la reserva total se los prohíbe. El pasado domingo el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, en nombre de la iglesia pidió perdón a la víctima y a su familia.El sacerdote estaba asignado en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, en el barrio Lourdes de San Salvador, y ayer su defensora Belma Rivas, manifestó que tiene más de 30 años de estar trabajando con la comunidad católica y que durante el proceso se va esclarecer el caso.Previo a que se instalara la audiencia inicial y que se decretara la reserva total, Rivas sostuvo que en la referida parroquia, la misma familia que denunció a Boror Uz, también denunció a otro sacerdote pero que no prosperó.