Foto retomada de BBC Mundo.
¿Quiere ser mi guardián? Esa fue la pregunta que le hizo un joven, en 2007, al sacerdote argentino Fabián Arias, que frecuentaba la iglesia luterana de Nueva York, a cargo de él, la cual es parte del Nuevo Movimiento Santuario, que reúne a grupos religiosos en Estados Unidos en defensa contra las deportaciones de inmigrantes latinos.El joven, un homosexual de 17 años, estaba ilegalmente en Estados Unidos, había emigrado a dicho país luego del asesinato de su hermano, a quien le quitaron la vida por sus preferencias sexuales, ya que también era homosexual. Su única opción para permanecer en el país norteamericano era regularizar su situación y que alguien asumiera su tutela legal.¨Sí, claro¨, respondió el religioso a la petición del joven. Nunca imaginó que ese sería el inicio de todo un camino, y que era el primero de 27 jóvenes inmigrantes latinos indocumentados a los que apadrinaría para que pudieran vivir legalmente en Estados Unidos."El tema es ayudarlos con sus papeles, porque vienen a trabajar y ayudar a sus familias", afirmó Arias en una entrevista concedida a BBC Mundo.Arias llegó a la iglesia luterana en 2001, luego de trabajar como docente de filosofía en colegios católicos de Buenos Aires y viajar a Estados Unidos en un año sabático. Un obispo le propuso ordenarlo como sacerdote y fue así como obtuvo una visa como religioso, la residencia y el año pasado se le otorgó la ciudadanía de ese país.Otro de los jóvenes que está a cargo del sacerdote es Michael, de 20 años años y de nacionalidad ecuatoriana. ¨Yo le digo papá, porque es como mi papá que no tuve¨, manifestó el joven.Michael llego a Estados Unidos en 2014, junto a su madre, con visa de turista, y relata que problemas familiares a causa de la muerte de un hermano en Ecuador le provocaron una severa depresión. Fue así como llegó a la iglesia de Arias, él obtuvo su tutela ante un tribunal de familia y ahora esta a la espera de que se le autorice la residencia. Entre sus planes está cursar la carrera de administración de empresas.Entre los demás jóvenes, está el caso de un muchacho que intentó suicidarse, otro padeció pulmonía cuando estaba detenido por las autoridades migratoria, mientras que otro más fue internado en un hospital psiquiátrico luego de obtener la residencia.El pasado de todos estos jóvenes no ha sido fácil, señala el sacerdote.La acción de Ariasde asumir la tutela legal de estos jóvenes, les ha permitido beneficiarse de una medida migratoria vigente en ese país norteamericano, que consiste en conceder estatus de inmigrante especial juvenil a extranjeros menores de 21 años que sufrieron de abuso, abandono o negligencia.Para el sacerdote no ha sido fácil asumir la tutela de todos los jóvenes y aclara que al obtenerla no obtiene todos los derechos y obligaciones de padres biológicos. El papel que desempeña no es igual a la adopción, aclara.Arias ya es reconocido en los tribunales y cuenta que hace unos meses, al visitar una corte de familia por un caso, la jueza le preguntó: ¨¿Otra vez acá, padre?¨, ya que existe un cupo de tutelas por adulto.La mayoría de los jóvenes que amparo en la última década ya son mayores de 21 años, y su tutela ya caducó. Seis, menores a esa edad, aún permanecen bajo su custodia.