El Banco Mundial rebajó este martes de manera drástica sus proyecciones de crecimiento global de un 4.1 % previsto en enero pasado a un 2.9 % para 2022. Un fuerte descenso desde el 5.7 % observado en 2021, año de la recuperación tras la pandemia del covid-19.
El mayor riesgo para la economía mundial ahora es entrar en una estanflación, período marcado por un escaso crecimiento y elevada inflación. Esto se traduciría en menores ofertas de empleos y un elevado costo de la vida.
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Para el organismo, la actual coyuntura se asemeja a la crisis vivida en la década de 1970 en tres aspectos principales:
- Perturbaciones continuas del lado de la oferta que favorecen la inflación, precedidas por un período prolongado de política monetaria altamente acomodaticia en las principales economías avanzadas
- Perspectivas de menor crecimiento
- Vulnerabilidades que los mercados emergentes y las economías en desarrollo afrontan respecto de la aplicación de una política monetaria restrictiva que será necesaria para poner freno a la inflación.
Sin embargo, consideró que el actual episodio difiere de la crisis de hace 52 años porque el dólar se ha fortalecido frente a otras divisas, los aumentos de los precios de los productos básicos son menores y los balances de las instituciones financieras son sólidos.
“Lo que es más importante, a diferencia de los años setenta, los bancos centrales de las economías avanzadas y muchas economías en desarrollo tienen, en la actualidad, mandatos claros para la estabilidad de los precios y, durante las últimas tres décadas, han establecido un historial creíble de cumplimiento de sus metas de inflación”, señaló.
En la década de 1970, la economía mundial se sumergió en una crisis de estanflación como consecuencia de varios factores, incluyendo un alza del precio del petróleo.
El Banco Mundial prevé que la inflación mundial será moderada en 2022, pero podría seguir por encima de las metas de muchas economías.
Pero advierte que “si la inflación continúa siendo elevada, una repetición de la resolución del anterior episodio de estanflación podría traducirse en una marcada desaceleración mundial, acompañada de crisis financieras en algunos mercados emergentes y economías en desarrollo”.
La economía mundial venía de enfrentar un incremento en la inflación en 2021 debido al rompimiento de la cadena logística. Cuando se esperaba que este año se normalizara, en febrero pasado Rusia invadió a Ucrania e hizo que los mercados globales se estremecieran debido a que ambos países son proveedores de petróleo y de materias primas para la industria y alimentos.
La guerra en Ucrania provocó un alza en los precios en diversos productos básicos relacionados con la energía, así como en insumos clave para la producción como metales o fertilizantes.