Solo 1 % del precio pagado por una taza de café llega al caficultor
Un estudio del IICA reveló que la propina por una taza de café es 26 veces más alta que el precio al que se paga el kilogramo de café al productor.
Todo comienza desde que el caficultor prepara el hoyo donde siembra el cafeto. Luego, realiza trabajos de abono, fertilización, poda y sombra para que se desarrolle la planta y dé frutos hasta los tres años.
Los productores recogen los frutos maduros y los venden a los beneficios, donde se despulpa y se lava cada grano en diferentes procesos de secado, aunque algunos caficultores cubren esta parte de la cadena. Una vez está listo el grano, se entrega a los compradores y se distribuye en supermercados o cafeterías donde la taza de café americano puede llegar a costar $3.12.
Pero de esto a los productores solo les llega el 1 % del costo de una taza de café vendida en las cafeterías de Estados Unidos, donde se exporta más del 40 % del café salvadoreño, concluye un estudio elaborado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
La investigación matiza que el café sigue siendo un producto principal de exportación para la región, pese a que desde 2018 arrastra una baja en los precios que no cubren el costo de producción. Según ese estudio, la crisis "no afectó a todos” en la cadena sino, sobre todo, a los productores de quienes advierte un incremento de pobreza.
Para identificar cuánto le llega al productor en Centroamérica por cada kilogramo vendido de café, se tomó de referencia a cómo se vende una taza de café en Estados Unidos, principal comprador del grano.
Según la investigación, el kilogramo (Kg) de café cereza se les compra a los productores en $0.29 y de cada kilogramo salen 23 tazas de café de 12 onzas, y cada una se comercializa en $3.12. Es decir, que se sacan $71.76 pero al caficultor solo le llega el 1 %.
"Otro dato es que el precio que recibe el productor, $0.29 kg/cereza, es 26 veces menos de lo que se paga en promedio como propina en Estados Unidos. Se concluye que el valor del café entre el sector primario y el consumidor se multiplica cerca de 250 veces”, indica la investigación.
Una crisis peor que las plagas
Por la crisis de los precios, la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal) comenzó a reportar el abandono de fincas o que las estaban quemando para sembrar granos básicos, como maíz.
La caficultura pasó de representar el 40 % de la producción agrícola en 1980 a equivaler el 4 % en 2016 en El Salvador. Se producen, en promedio, seis quintales por manzana. |
Erick Quirós, coordinador para asuntos especiales de la región central del IICA, destacó que la crisis de los bajos precios ha sido más letal para los productores que las mismas plagas, como la roya que, en el caso de El Salvador, desplomó la producción en 2012 a la mitad.
Quirós consideró que los países que han tenido institucionalidad fuerte, como Guatemala y Honduras, han logrado sortear las consecuencias de la crisis frente a naciones que no aplicaron programas de transferencia de tecnología y conocimiento. Estos países son también los menos afectados por los estragos ocasionados por los fenómenos climáticos, como los recientes huracanes de Eta e Iota, que dejaron inicialmente una pérdida entre el 15 % y 20 % de los granos maduros caídos.
Para el experto, una de las alternativas a la crisis es buscar nuevos socios de exportación, como México que tiene una creciente industria del café que equivale a una compra de 1.8 millones de sacos en el ciclo 2018-2019.