Súper Selectos con estándares de inocuidad aprobados por el MAG

Al cierre del pasado 2018, Súper Selectos registró cerca de $15 millones en compras a productores agrícolas locales, un impulso significativo a pequeñas empresas y emprendedores, a quienes les proporciona un espacio para la comercialización de sus productos en sus 100 salas de venta en el país.Uno de los requerimientos para poder colocar los productos en las salas de venta es la evaluación para garantizar su consumo seguro. Para ello, la empresa toma parte del proceso que realiza el Ministerio de Agricultura y Ganadería a través del Sistema de Inocuidad de Frutas y Hortalizas Frescas (SIFHO), como parte del plan de Monitoreo de Residuos de Plaguicidas, que vela por los alimentos de origen vegetal para proteger la salud de los consumidores.Este control es parte de las obligaciones que los proveedores deben cumplir para colocar sus productos en las tiendas del supermercado, según Carolina Matamoros, representante de Super Selectos, quien agregó que de esta forma "hemos impulsado a nuestros proveedores locales e importadores para que se sometan a las normativas del MAG, porque reconocemos el beneficio que obtienen cada uno de los actores de esta cadena productiva”.Finca Los Ángeles inició hace tres años y su relación con Súper Selectos, unos meses después. Mathías Regalado, director del proyecto, dijo que la adopción de las buenas prácticas agrícolas es un paso fundamental para garantizar la calidad. Con el apoyo de sus jefes de producción y los profesionales capacitados, se vigila el proceso desde la siembra, el riego, control de suelos, tiempo de cosecha, empaque y traslado.Su incursión como proveedor de Súper Selectos le permitió crecer de forma exponencial su producción pasando de cuatro mil lechugas mensuales a 66 mil en el mismo período. La finca provee cinco tipos de lechuga, así como arúgula, chile jalapeño, ejote francés, una amplia variedad de hierbas aromáticas, entre otras, que desarrolla en cultivos hidropónicos, tradicionales y orgánicos.Por su volumen de producción, la finca se somete a análisis del producto al menos tres veces al año.