El presidente Michel Temer movilizó el viernes a "fuerzas federales de seguridad" contra "una minoría radical" de camioneros que ignoró un acuerdo para poner fin a una huelga que desde hace cinco días colapsa a la economía de Brasil.La crisis, a menos de cinco meses de las elecciones presidenciales, obligó ya a cancelar vuelos por falta de combustibles en el aeropuerto de Brasilia, paralizó la totalidad de las cadenas de montaje de automóviles, redujo la actividad de grandes frigoríficos de esta potencia agropecuaria y provocó una disparada de precios de los carburantes y de los alimentos.La ciudad de Sao Paulo, capital económica y financiera del país, decretó el estado de emergencia, una medida que le permitirá entre otras cosas requisar o aprehender bienes privados, como el combustible almacenado en una gasolinera.El gobierno y sindicatos de transportistas llegaron el jueves a un acuerdo para suspender por 15 días el movimiento desencadenado por las fuertes subidas del precio del diésel, en contrapartida de concesiones fiscales.Pero otros gremios no se dieron por satisfechos y el viernes el movimiento se mantenía con fuerza, con más de 500 bloqueos en 24 de los 27 estados de este país de dimensión continental.La mayoría de las estaciones de servicio de Sao Paulo y Rio de Janeiro estaban a seco. En Sao Paulo más de 40% de la flota de autobuses permaneció en los hangares."Accioné a las fuerzas federales de seguridad para desbloquear carreteras", dijo Temer en una breve comunicación desde el Palacio de Planalto, en Brasilia."Muchos camioneros están haciendo su parte, pero desafortunadamente una minoría radical ha bloqueado carreteras impidiendo que muchos camioneros lleven adelante su deseo de atender a la población", agregó.Y advirtió, endureciendo el tono: "quien bloquee rutas, quien actúe de forma radical, está perjudicando a la población y será responsabilizado".
- Camioneros critican el acuerdo -Una de las principales organizaciones del sector, la Asociación Brasileña de Camioneros (Abcam), que reivindica 700.000 adherentes "autónomos" (en su gran mayoría propietarios de un solo vehículo), rechazó el pacto y llamó a mantener los bloqueos."La idea es mantener la huelga, mantener los bloqueos. La Abcam no está de acuerdo [con la tregua], porque no se cumplió el acuerdo inicial, de reducir antes del fin de semana los impuestos" conocidos como Pis/Cofins, dijo a la AFP una asesora de comunicación de la Abcam, Carolina Rangel.Luciano Constant, un camionero autónomo de 43 años que participa en un bloqueo de la carretera BR040 en Duque de Caxias (estado de Rio de Janeiro), afirma que quienes participaron en las negociaciones de Brasilia "están creando reglas para ellos, y nuestras reglas son otras"."Hoy en día, por un flete de 1.000 reales para ir a Sao Paulo, uno gasta 400 reales en diésel y 400 de peajes. Con los 200 que le quedan ¿cómo va a comer? ¿Qué le va a quedar para su familia?", dijo a la AFP.
- Gobierno debilitado -En las negociaciones del jueves, el gobierno se comprometió a suprimir un gravamen sobre el diésel (denominado Cide) y a implantar un sistema de subvenciones para prolongar la reducción de 10% del precio del diésel en las gasolineras anunciada por Petrobras, inicialmente limitado a quince días.Pero suprimió cualquier mención al Pis/Cofins, que tiene un mayor impacto que el Cide en la composición de precios, ante las reticencias del ministerio de Hacienda.La crisis cuestiona la capacidad de articulación política del gobierno hasta el traspaso de poder en enero próximo y de dar un respaldo eficaz a su candidato, el exministro de Hacienda Henrique Meirelles.La movilización "pone más en evidencia la debilidad de este gobierno y va a tener un impacto electoral, porque el gobierno va a ser como un leproso: cuando trate de acercarse a cualquier candidatura, todos van a huir de él", dijo a la AFP el analista político André César, de la consultora Hold.