El director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (Idhuca), José María Tojeira./Foto de República.
El director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (Idhuca), José María Tojeira dijo que la confrontación entre los órganos del Estado, y las expresiones del Presidente de la República en contra de los diputados, no contribuyen en la búsqueda de mecanismos para hacerle frente a la pandemia de COVID-19, ni para encontrarle soluciones a los problemas sociales del país.Este miércoles, Bukele dijo que es un "homicidio en grado de tentativa”, el hecho que los diputados no aprueben prontamente la ley sanitaria y de reactivación económica, cuyo estudio inició esta semana en la Asamblea Legislativa. Ese mismo día expresó que "la realidad es que la mayoría de la Asamblea Legislativa son delincuentes”.Según el director del Idhuca, el camino para solucionar los problemas que afectan al país no es la confrontación entre los órganos del Estado, sino el diálogo."Yo creo que andar llamando asesinos o ladrones o lo que sea a grupos con los que se tiene que colaborar y trabajar, no favorece el diálogo en absoluto (…) no podemos llamar asesinos a quien no piense como nosotros (…) tenemos que comenzar a dialogar, para ver cómo se soluciona el problema, no solo de la pobreza, también de la pandemia”, declaró el director del Idhuca en la entrevista matutina de canal 33."Si queremos arreglar un problema gritándonos unos a otros, insultándonos unos a otros, nunca lo vamos a resolver, sea la pobreza, el COVID-19, sea lo que sea. Problemas sobran en el país. Tenemos que dialogar, sin diálogo no hay solución de problemas. Con autoritarismo, negación al diálogo, con insultos es más difícil avanzar en el diálogo”, declaró el director del Idhuca.Por su parte, el abogado e integrante de la Fundación Democracia, Transparencia, Justicia (DTJ), José Marinero valoró que desde el Gobierno hay "resistencia a los frenos y contrapesos y a un diálogo democrático, en buenos términos, un diálogo franco, sin insultos refleja un estilo de gobernar que presupone que todo el conocimiento está en manos del Gobierno y que la solución está nada más en las manos del Gobierno”.