José Ángel Torres en su ceremonia de naturalización en abril de 2021. Foto: Univisión
José Ángel Torres, de 56 años de edad, fue deportado tres veces de Estados Unidos porque desconocía su verdadera nacionalidad. Fue expulsado a México en los años 1997 y 2010 por órdenes judiciales, así como por ingresar de manera ilegal a Los Ángeles.
Cuando iba a ser deportado por cuarta ocasión, pudo confirmar que él era un ciudadano estadounidense, y no era mexicano como se lo había hecho creer su familia adoptiva.Su vida como migrante era huir de los operativos del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), en sus trabajos siempre cobraba en efectivo, para evitar trámites legales. El drama de Torres cambió cuando la madre adoptiva años antes de morir confesó que la madre biológica era californiana y por tanto, él era estadounidense.
Torres junto a su familia adoptiva vivieron 54 años bajo la ilegalidad.Una vez descubrió que era un ciudadano legal, su esposa Rosa Sotomayor emprendió una investigación para dar con el paradero de su familia biológica. La búsqueda se aceleró hace cuatro años durante un operativo para hacer efectiva la deportación de Torres por cuarta ocasión. La deportación se canceló, ya que la esposa presentó los documentos de la adopción en la que determinaba su estatus migratorio, que sirvieron para que luego de dos horas detenido los soltaran.Según relató Sotomayor, el proceso de naturalización tardó, porque las autoridades pedían verificar la información, es decir, su identidad.Luego de una larga y lenta búsqueda se pudo dar con el paradero de su familia biológica, cinco hermanas y un hermano, que según contó Sotomayor, ellos lo buscaron junto a la madre, pero nunca se logró dar con el paradero.Junto con la prueba de ADN y un testamento de su verdadera mamá quien falleció en 2017 fueron entregados ante los funcionarios del Departamento de Estado, el Centro de Visas y los Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS).Sin embargo,
el proceso fue rechazado el pasado 4 de febrero y las autoridades reactivaron el proceso de expulsión a México, ya que argumentaron que el hombre pudo haberse robado los documentos de otra persona. "Dijeron:
Vamos a negar el caso, lo vamos a deportar”, según explicó la abogada del caso.Luego de un par de semanas, las autoridades migratorias finalmente aceptaron que continuará el proceso de naturalización.
En abril fue reconocido como ciudadano estadounidense. Torres por su parte dijo a Univision que vive tranquilo desde que reconocieron su verdadera identidad.
"Cuando salimos de allí sentí que ya no tenía más problemas con nadie, que ahora puedo ir a donde yo quiera”.