“Un populista polariza la sociedad entre traidores y afines”

Miércoles 26, Septiembre 2018 - 12:02 AM
Yoani Sánchez, periodista cubana.
Yoani Sánchez se define como ciudadana de un país donde esta palabra significa -también- ser activista. Dice que junto a su esposo se ha puesto como meta conocer América Latina y en su recorrido ha encontrado mucho populismo en la región. "Somos susceptibles al populismo”, dijo a un grupo de periodistas, ayer. La filóloga nació en Cuba y desde la isla, donde tiene restringido el acceso al internet, junto a su esposo dirige un periódico digital llamado 14 y medio. ¿Cuál es la situación política de Cuba? Cuba ahora mismo está en el final de la generación histórica desde el punto de vista biológico. Las figuras que han dominado la escena pública del país ya no están, como el caso de Fidel Castro o están entrando a una edad en que es inminente su desaparición física, como el caso de Raúl Castro que este año ha cumplido 87 (años); esto ha forzado a las autoridades a hacer una sucesión de poder, atada -y bien atada y muy controlada- a una generación más joven formada dentro de laboratorios ideológicos y es una generación que está representada por el actual presidente de los consejos de Estado, el ingeniero de 58 años, Miguel Díaz Canel Bermudez. Miguel Díaz Canel se presenta como un hombre más joven pero continuador ideológico y político de la generación histórica. Así que estamos viviendo, precisamente, ese momento en que los viejos timoneles dejan el mando de la nave a otros que prometen fidelidad y mantener el rumbo; nosotros no sabemos quiénes son o cómo piensan, simplemente porque podrían estar incluidos por la máscara de la supervivencia y el oportunismo necesario para no ser molidos o enfrentados por el sistema.En estos momentos, Miguel Díaz Canel está en Naciones Unidas, en Nueva York, repitiendo ese discurso de continuidad, de echar las culpas siempre al norte, de hablar del embargo norteamericano, de hablar de la continuidad política siempre en la isla. Los ciudadanos con todas esas señales estamos intuyendo que no habrá un acelerón o una profundización de las reformas de corte político y económico, incluso se está ahora mismo reformulando la Constitución y se mantienen dos pilares importantes del sistema, uno la irrevocabilidad del socialismo que es un eufemismo para decir: la irrevocabilidad de quién gobierna, del sistema que está en el poder y que el partido Comunista se mantiene como fuerza dirigente del país; de manera que 700,000 militantes que son los que tiene el PCC controlan a una población de 11 millones. Controlan ideológicamente y determinan qué hacer, por encima de las leyes, por encima del ejecutivo y de la Asamblea Nacional. Entonces yo creo que estamos en una especie de tardo-castrismo o castrismo tardío o castrismo 2.0 que pretende hacernos creer que se va a perpetuar, pero que también está acosado o espoleado por circunstancias muy claras y muy evidentes que es la pérdida de aliados en la región, la economía que no despega y el fin del deshielo económico diplomático con Estados Unidos que ha afectado bastante a la isla y sobre todo la incapacidad para traer capital, para reconstruir la nación, un aumento de la crítica ciudadana, de la inconformidad del proceso que se escucha en la calle y todo esto salpicado con las nuevas tecnologías que nos permite a los ciudadanos mostrar esa inconformidad más allá del perímetro de su familia, en las redes sociales, comunícarselo a otro amigo. ¿Cómo logran hacer periodismo independiente en Cuba? Hacer periodismo independiente es muy complicado, primero porque estamos trabajando desde la ilegalización, desde la ilegalidad; eso significa que no podemos tocar la puerta de un ministerio y pedir información, porque la mayoría de las fuentes oficiales nos tiran la puerta o nos cuelgan el teléfono, que muchos ciudadanos tienen temor de hablar con nosotros por temor a represalias y que además de eso, toda nuestra labor está marcada porque podemos ser arrestados, nuestros bienes de trabajo confiscados, nuestros medios satanizados o bloqueados en los medios nacionales; es complicado pero tenemos a nuestro favor que es una sociedad y una realidad tan necesitada de ser narrada que casi te puedes encontrar una noticia en cada esquina; una noticia que los medios oficiales no reflejan porque prefieren la dicotomía de decir: Cuba es el paraíso y afuera es el infierno, afuera todo se está cayendo y aquí brilla. Prácticamente que las noticias llegan a nosotros, nos llaman a través de llamadas anónimas, nos mandan mensajes de algún hecho y como somos periodistas sin credencial, sin autorización eso nos limita pero también nos facilita. El periodista independiente se mueve más ágilmente, es autónomo porque no tiene que pedir permiso para contar una historia, pues puede hacerlo. ¿Se vive sin libertades?Hay que decir que yo vivo en un país con pocas libertades de expresión, sin ninguna asociación y, sobre todo, donde el ciudadano se siente entrampado entre la vigilancia, las prohibiciones constantes y también el castigo; somos tratados como niños por un Estado paternalista y entonces cuando te atreves a ir más allá viene el castigo que viene en forma de delito o juicio, pero también puede venir como satanización, como la pérdida de un empleo, de un privilegio o la posibilidad de ascender personalmente; sin embargo, yo que tengo que lidiar con todo eso me considero una persona liberada interiormente. Digo lo que pienso, asumo las responsabilidades, he pagado un alto precio por eso pero es como un proceso de salir del closet, del silencio, de la máscara, del closet de la simulación; cuando se ha hecho eso no hay marcha atrás, porque el gobierno no va a olvidar qué dijiste, qué opinaste y qué señalaste; pero es muy gratificante, porque es darse cuenta que en un régimen totalitario, incluso bajo esa vigilancia, el ciudadano puede estar protegido por su propia verdad y su propia voz. Porque tú usas el altavoz de tu voz y no estás más frágil, sino más protegido. ¿Cómo los ciudadanos pueden manejar la frustración de los errores que puede tener una democracia?Los errores de la democracia se enfrentan, sobre todo, no mirando la cara hacia el lado y no diciendo: no, la democracia no sirve. Con activismo, con pasión, con pasar del clic de las redes sociales al activismo en los lugares, en las calles y en las instituciones. En no conformarnos con: "¡Ah los políticos, esa raza corrupta que no representa la población!” y dejarles la política en manos de gente que no está capacitada y que no tiene la ética, ni gestionan los recursos con la debida transparencia para estar al frente; entonces, yo creo que la mejor manera de enfrentar los errores de la democracia y resolverlos es no desechar el sistema, porque tiene errores; sería como desechar el cuerpo humano porque no es perfecto; entonces, la democracia es un sistema lleno de vulnerabilidades, pero la vulnerabilidad más grande es es la apatía ciudadana; si nos encogemos de hombros, si nos cruzamos de manos, si decimos: total esto no se va a remediar, ahí sí estamos matando a la democracia y dejándola de mano del populismo, de corruptos y, sobre todo, gente que vende humo y nos hace creer que con cuatro o cinco soluciones a lo Robin Hood se va a solucionar y, sobre todo, vendiéndonos un producto que no es una democracia, sino un sistema paternalista que tenemos que dejar todo en manos de ellos. Eso sí es un golpe mortal a la democracia.El país va a tener sus elecciones presidenciales el próximo año ¿cómo evalúa la situación política de El Salvador?No conozco mucho de El Salvador, estoy por primera vez aquí, quiero decir que se equivoquen o acierten, al menos van a tener la oportunidad de elegir; en Cuba hace 60 años no la tenemos. ¿Qué tanto puede perjudicar a la democracia la falta de fiscalización de las nuevas figuras y de todas la figuras presidenciales?No solo a la democracia, incluso al totalitarismo la falta de fiscalización va creando, cada vez, desconfianza entre las personas y las autoridades; en el caso cubano, el Partido Comunista, el clan familiar en el poder que tiene un apellido -Castro- y funcionarios y militares hacen uso de las arcas públicas, sin brindarnos detalles de para qué se usan. Cuando una persona va a comprar una botella de aceite al supermercado cubano estatal, claro está, como toda la red minorista de comercio, ese dinero puede estar financiando las porras policiales, que después lo van a reprimir en una manifestación hasta las aventuras ideológicas en las fronteras de otro país, tranquilamente; el apoyo del gobierno de Daniel Ortega sale de una botella de aceite que alguien compró en La Habana, entonces esa falta de fiscalización se convierte en un caldo de cultivo para la corrupción, si no también para los malos manejos de los recursos nacionales, porque terminan empleándose en temas que no son prioritarios ni vitales ni aceptados por la población. Usted decía en el foro que lo que han encontrado en la región es populismo ¿Hay claves que pueda recomendar a la ciudadanía para detectar una persona populista?Primero produce varias promesas por minuto, es bastante prometedor. Segundo, vende su programa como una especie de aspirina que sirve para todo: ¿a usted le duele la cabeza? tómese un populismo ¿La economía no va bien? este populismo lo resuelve; por otro lado, siempre achaca los problemas a terceros, sean potencias extranjeras o gobiernos anteriores. Esas son algunas de las claves y, por otro lado, le pide a los ciudadanos, más que confianza, un acto de fe: Crean en mí, depositen su autoridad como ciudadanos en mí, que yo la gestiono. Si uno nota ese patrón en un candidato, podría decirse aquí hay populismo, pero el populista en realidad se vuelve más peligroso cuando llega al poder; mientras tanto, es un animador de feria, pero cuando llega al poder, después de polarizar tremendamente a la sociedad -que es otra de las características de un populista- entonces vemos que como no puede cumplir sus promesas que la mayoría de veces no tienen una solución a largo plazo o no se solucionan de la manera que él dijo, entonces, crea una amplia red de clientelismo para acallar; muchas veces apela a la corrupción para comprar lealtades, exacerba el discurso de plaza sitiada para echarle la culpa a terceros, como está ocurriendo con Venezuela, y por otro se dedica en polarizar la sociedad, dividiéndola entre traidores y afines. Si ya se cumple este patrón, ojo, ya hemos caído en un populista. ¿Cómo evalúa la situación de Nicaragua?Terrible. Estamos viendo el caso de un caudillo, de un dictador aferrado al poder, a pesar que la voluntad popular le ha dicho en varias ocasiones, en manifestaciones, paros, bloqueos, la pérdida de numerosas vidas, que debe irse y sin embargo se está aferrando a lo que podría llamar el cansancio de un pueblo; agotar, esperar que se rindan por miedo, decidir aguantar hasta poder cortar las cabezas visibles de las manifestaciones; reprimir, encarcelar, expulsar del país a los cabecillas y aplacar la situación. Eso es muy lamentable, porque si vemos el origen de Daniel Ortega era un origen de proveer a un país de derechos, liberar a una sociedad de una dictadura, sanear la política y todo parecía un cuento de hadas; estaban los comandantes jóvenes vestidos de verde olivo con un discurso integrador para los humildes, popular y de pronto se ha convertido en una élite encerrado en palacio y sobre todo un hombre que es capaz de matar y no de morir por quedarse en el poder. Perfil¿Quién es Yoani Sánchez?Se define como ciudadana, estudió filología y es directora del periódico digital cubano 14 y medio. En el 2008 sufrió bloqueos a su blog titulado Generación Y, y le prohibieron la salida de la isla. Fue criticada por Fidel Castro. Sánchez ha recibido el premio Ortega y Gasset de periodismo, y la revista Time la seleccionó como una de las 100 personas más influyentes.También CNN colocó su blog como los mejores 25 del mundo. En su periódico digital se define como más informática y menos filóloga. Esta noche, en el hotel Crowne Plaza dará una conferencia "La Lucha por la libertad en Cuba” y mañana presentará su libro Cuba Libre.