Una clínica que borra las marcas del pasado

Martes 14, Abril 2020 - 12:02 AM

La clínica de borrado de tatuaje, que funciona en La Factoría Ciudadana, apoya a hombres y mujeres que desean remover sus marcas.

En la clínica de remoción de tatuajes se atiende un día a la semana a mujeres. / Diego García
Unos lentes oscuros y una máquina láser con pieza de mano incorporada son los elementos necesarios para que la doctora Eva Domínguez de Girón realice a diario su faena en un pequeño espacio al interior de La Factoría Ciudadana: borrar tatuajes.La clínica de borrado de tatuajes comenzó a funcionar en 2019, luego que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) donara el equipo, mismo que ha ayudado a tratar, como dice Eva, a todas las personas que llegan "con vidas marcadas”.El trabajo de la doctora inicia a las 8:00 de la mañana y finaliza a las 4:00 de la tarde. Durante esa jornada, la galena comienza a remover la tinta para desmarcar del presente un pasado doloroso en la vida de sus pacientes.Eva atiende a hombres y mujeres que llegan a La Factoría Ciudadana por apoyo, tras haber salido de prisión o haber retornado al país a causa de la violencia. También trabaja con mujeres víctimas de maltrato que, por diferentes motivos, decidieron marcarse en algún momento de sus vidas y ahora desean comenzar de nuevo sus pasos.
La Factoría Ciudadana también brinda apoyo a mujeres que han sufrido violencia familiar. / Diego García
"Esta es una de las experiencias más satisfactorias que he tenido en mi vida, por el hecho de formar parte importante de estas personas que vienen con vidas marcadas, porque vienen marcados no solo de su piel, sino de su interior también y a mí me toca remover esos sentimientos al borrar la tinta”, asegura.La labor de Eva empieza luego que sus pacientes han pasado con los sicólogos y trabajadores sociales. La doctora inicia con una entrevista introductoria, explica todo el procedimiento, los cuidados que deben de tener y cómo van a observar la piel después del proceso; los pacientes firman un consentimiento informado y posteriormente comienza el procedimiento."La primera sesión es la más dolorosa, porque es donde se revienta la tinta, donde se escucha, entonces a medida que se va perdiendo la tinta va doliendo menos y se va escuchando menos, pero eso es de jugar con la máquina a ver cómo vamos avanzando con cada paciente”, indica.Explica que la forma para quitar el tatuaje depende de varios factores, como "el tipo de tinta del tatuaje, de la máquina que se usó para hacer el tatuaje, de que tan antiguo sea el tatuaje y los colores del tatuaje, porque no todos los colores se pueden quitar, solamente el negro; el verde, el azul, el amarillo, el blanco y el rojo no se quitan, solamente se difuminan”.
La doctora Eva Domínguez relata que su trabajo es satisfactorio. / Diego García
"Es una hora con cada paciente, ya dentro de la sesión yo me mueve al ritmo del paciente (con la pieza de mano), dependiendo de cómo aguante, porque es un proceso doloroso, más doloroso que cuando se hacen el tatuaje; entonces, a veces, me van diciendo que pare”, señala.Destaca que para cada tatuaje son entre 10 y 15 sesiones, y muchos de sus pacientes "están casi al 100 % cubiertos”, lo cual implica que el proceso de eliminación de marcas dure entre uno y dos años, pues de una sesión y otra se debe dejar pasar entre tres y seis semanas."Es necesario porque sino se puede producir una quemadura de segundo grado (en la piel) y en lugar de ayudar se perjudica más”, aclara.Tras casi un año de estar al frente de la clínica, Eva dice que la población de mujeres está creciendo bastante, que se ha visto obligada ha habilitar un día a la semana para atender únicamente féminas.El proceso siempre es el mismo, encender la máquina, tomar la pieza de mano que arroja un puntero y colarse los lentes para no dañar la retina. En la mañana o en la tarde, la misión de Eva siempre es la misma: ayudar a cambiar vidas, a través de un aparato que deja en lo más hondo de la dermis las señas del conflicto y del dolor.
Cada sesión para borrar las marcas en la piel dura una hora, según la doctora Eva Domínguez. / Diego García