Vejez de la población elevaría a 80 % del PIB la deuda pública

Miércoles 19, Septiembre 2018 - 12:03 AM
Si en las próximas dos décadas El Salvador no aplica reformas fiscales, el envejecimiento de su población haría que la deuda pública sobrepase el 80 % del Producto Interno Bruto (PIB) debido a un mayor gasto en servicios de salud y seguridad social para los adultos mayores, reveló un estudio de la Fundación Dr. Guillermo Manuel Ungo (Fundaungo).En colaboración con la División de Población de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Celade), el tanque de pensamiento elaboró el informe"Estudio sobre el impacto social y económico de los cambios en la estructura por edad de la población y sus consecuencias para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en El Salvador”.Esta investigación analizó el aprovechamiento del bono demográfico, el dividendo de género en el trabajo no remunerado y el impacto del envejecimiento de las personas en las finanzas públicas.El estudio advirtió que si se mantiene la actual estructura fiscal y la misma participación de los ingresos tributarios en las próximas dos décadas, financiar los servicios de salud, pobreza y protección social "impondrán presiones fiscales” y conduciría la deuda pública "por un camino de sostenibilidad”."Si no se hace nada”, la deuda pública sobrepasaría el 80 % del PIB en 2040 y llegaría al 100 % en 2050, indicó Werner Peña, consultor de Fundaungo, quien enfatizó que junto a la discusión de reestructurar la deuda también se debe incluir las implicaciones de la transición demográfica en las finanzas del Estado a largo plazo.El estudio recalca que en los próximos 20 años se aumentará la demanda de atención en salud, pensiones y protección social como consecuencia del envejecimiento de la población. Los adultos mayores son, en general, los consumidores de estos servicios y se consideran receptores netos al recibir más de lo que contribuyen, mientras que las personas en edad productiva financian esos procesos.Se necesita más ingresosEl Salvador se encuentra en una etapa de bono demográfico que finalizará, según estimaciones, en 2043. Por lo tanto, "las presiones fiscales se acentuarán con el envejecimiento poblacional” debido a "una mayor proporción de receptores netos, mientras que se registrará una disminución en la proporción de los financiadores netos en el consumo relacionado a salud, protección social y pensiones”, señaló Fundaungo en su estudio.Hasta ahora, estos tres rubros son los que más demandan recurso y se estima que el financiamiento en salud pase de un 16.1 % del presupuesto en 2018 a un 20.2 % en 2050, y la representación en el PIB migre del actual 4.2 % a un 6.1 % dentro de 32 años.En tanto, los recursos para pobreza y protección social pasen de un 2.5 % del PIB y un 9.6 % del presupuesto a cerca del 4.3 % del Producto Interno y la participación presupuestaria aumentará a 14.3 % en 2050.Ante esto, señaló Peña, el estudio incluyó un escenario alternativo que considera un incremento en los ingresos públicos del 0.05 % anual desde 2018 al 2050, y con lo cual se estabilizaría la deuda en el 60 % del PIB dentro de 32 años. "Con un incremento de ingresos públicos, podríamos atender las necesidades que plantea la transición demográfica sin recursos a mercados internos y externos de deuda”, agregó el experto.