La gelatina es proteína pura, claro que esta no viene de un lugar lleno de globos ni colores, ya que como mínimo un 60% de la gelatina viene de la corteza del cerdo, el otro 40% viene de la vaca.
Esto se divide entre huesos, pezuñas, cartílagos y la capa media de la piel de estos animales. Los fabricantes de gelatina obtienen esta materia prima de los mataderos a quienes les sobran este tipo de “desechos” que no son bienvenidos en la cocina humana.
Los pedazos de animal son esterilizados en 140º C y luego se trituran y pasan por un riguroso proceso hasta que se convierten en polvo para preparar gelatina o gomitas, donde se le agrega color, sabor, aroma, etc.
Más allá de lo morboso y sanguinario que pueda parecer fabricar un poco de gelatina, hay que señalar que está hace bien a la salud.
Si está pura, no tiene grasa, ni colesterol, ni hidratos de carbono y contienen una gran dosis de aminoácidos importantes para la reconstrucción del tejido conjuntivo, especialmente en los huesos, cartílagos, tendones y ligamentos.
Sano o no, es mejor conocer de dónde viene lo que comemos.