La rotación de Venus ha sido calculada con mayor precisión que nunca, dato que será fundamental conocer con exactitud ante misiones de aterrizaje que se preparan para el final de la próxima década.
Para tratar de reducir las incertidumbres, el astrónomo John Chandler de CfA (Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics) y el equipo de científicos al que pertenecía emprendieron un nuevo análisis de 29 años de observación de radar basada en la Tierra entre 1988 y 2017.
Llegan a la conclusión de que la duración media del día de Venus es 243.0212 +/- 0,00006 días. En particular, su incertidumbre formal es la más pequeña obtenida hasta ahora, aunque señalan que su resultado es un promedio ya que no refleja las oscilaciones a corto plazo.
Venus está cubierto por una gruesa capa de nubes, una razón por la que parece tan brillante en el cielo. Los antiguos astrónomos tenían una buena idea de lo que (desde Copérnico) conocemos como su período orbital; la estimación posterior era que Venus tarda 224,65 días en completar una revolución alrededor del Sol, un año venusiano.
Sin embargo, debido a las nubes, ha sido difícil medir la duración del día venusiano, ya que no es posible el método nominal de ver girar una característica de superficie visible alrededor de 360 grados. En 1963, las observaciones de radar basadas en la Tierra penetraron la capa de nubes y pudieron medir una velocidad de rotación de 243 días; lo más sorprendente es que Venus gira sobre su eje en la dirección opuesta a la de la mayoría de los planetas, llamada rotación retrógrada.
Los siguientes estudios de radar en tierra arrojaron valores inconsistentes para la longitud, que diferían en aproximadamente seis minutos. La nave espacial Magallanes completó su programa de mapeo orbital de 487 días en 1991 y concluyó que el número correcto todavía era ligeramente diferente: 243,0185 días con una incertidumbre de aproximadamente nueve segundos.
Pero las misiones posteriores y las observaciones terrestres descubrieron que la velocidad de rotación en realidad no era constante, sino que parecía variar, y los modelos argumentaron que los torques de marea solar y la resistencia de la atmósfera en la superficie podrían explicar al menos parte de la variación.
Conocer la velocidad de rotación de Venus es de vital importancia para futuras misiones de aterrizaje a Venus, como las que se considerarán para la próxima década. Las incertidumbres de rotación actuales corresponden a una distancia en la superficie de aproximadamente 20,92 kilómetros, más que suficiente para perder un sitio de aterrizaje.