James Locker, un niño de cinco años, de Truro, Cornwall, ha pasado la mayor parte de su vida entre médicos y hospitales por una leucemia diagnosticada cuando tenía tan solo 12 meses.
El pequeño recibió el alta a principios de este año y con la noticia llegó el ansiado momento de tocar la campana, una acción que simboliza el final de todo el proceso de curación.
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En un primer momento, los médicos que trataron de dar con el diagnóstico estaban desconcertados por su inusual síntoma de respiración ruidosa.
Pero, después de dar con la enfermedad, sus padres Hannah, de 37 años, y John Locker, de 34, no se han separado de James en su lucha contra el cáncer.
En el vídeo se puede ver a James junto a su padre tocando, por fin, la ansiada campana.