El ratón gris, una de las especies mamíferas más invasivas, se aprovechó de la sedentarización de las primeras poblaciones humanas, hace 15.000 años, para conquistar el planeta, según un estudio, que muestra una concordancia entre su expansión y los primeros gatos domésticos.
La historia de la invasión biológica del "Mus musculus", comúnmente llamado ratón gris o doméstico, empezó en Oriente Medio, explicó un equipo internacional formado por miembros de ocho países en la revista Scientific Reports.
En el estudio se analizaron más de 800 restos óseos del pequeño roedor, procedentes de 43 sitios arqueológicos de Oriente Próximo y del sureste de Europa, de Irán a Grecia, de entre 40.000 y 3.000 años de antigüedad. Con ellos, se realizaron análisis morfométricos (que permiten reproducir la forma), genéticos y de datación por radiocarbono.
Los análisis muestran la presencia del ratón gris junto al hombre desde las primeras ocupaciones sedentarias humanas, hace unos 15.000 años, que crearon un "entorno propicio" para esta especie de roedor, que es en la actualidad, la más invasiva, por delante de la rata, explicó a la AFP el arqueozoólogo Thomas Cucchi, que dirigió el estudio.
El nacimiento de la agricultura, la transformación del medio en campos de cultivo y el aumento del tamaño y de la densidad de las aldeas hicieron que el ratón pudiera "expandirse rápidamente por todo el Levante, de Cisjordania a Anatolia", hace unos 12.000 años, apuntó el investigador del Museo de Historia Natural de París.
"Nuestros resultados muestran que el sedentarismo permitió el comensalismo", es decir, una interacción biológica en la que una especia vive a expensas de una especie hospedadora, comentó.
"El ratón encontró en el medio de los primeros hábitats sedentarios humanos muchas ventajas respecto a su entorno natural, como un aporte de alimentos constante y una protección contra los predadores y los competidores", declaró el investigador, cuyos trabajos buscan "entender cómo moldeó el hombre la biodiversidad animal".
Pero el ratón no se convirtió en especie invasora hasta el auge de la agricultura, pues los pequeños mamíferos incluso siguieron al hombre hasta la isla de Chipre, a bordo de barcos, como "polizones", hace 10.000 años. Hubo que esperar 5.000 años más para que la especie invadiera Europa.
Su expansión con Europa coincide, además, con la aparición de los primeros gatos domésticos, según los restos encontrados en sitios antiguamente habitados en Chipre, Grecia y en el este de Europa. Fue esa expansión lo que habría incentivado la domesticación de los gatos, cuyo origen no se conoce con exactitud.
"El ancestro salvaje del gato doméstico se habría visto atraído en nuestro entorno por el ratón y, desde ese momento, el hombre se dio cuenta de la importancia del predador para proteger sus reservas de cereales", sugirió Cucchi.