Un grupo de investigadores de la Universidad de Campinas (UNICAMP) de Brasil ha desarrollado unas microcápsulas de timol para matar larvas de 'Aedes Aegypti', el mosquito que transmite enfermedades tropicales como el dengue, zika, fiebre amarilla y chinkungunya.
Para el desarrollo del estudio, publicado en 'Industrial Crops and Products', se ha utilizado timol, un antimicrobiano del aceite derivado del tomillo que bloquea la proliferación de microorganismos en recipientes de agua.
Así, cuando la microcápsula entra en contacto con el agua se hincha y libera el larvicida, ha explicado Ana Silvia Prata, profesora de la Escuela de Ingeniería Alimentaria de la Universidad (FEA-UNICAMP). Uno de sus beneficios es que se trata de un larvicida barato que puede durar hasta cinco ciclos de lluvia.
El método de producción ha consistido en calentar el almidón húmedo y forzarlo través de un pequeño agujero, además, para su producción se ha utilizado una temperatura más baja y "se ha utilizado una velocidad de tornillo más lenta, para evitar la expansión del material", ha explicado la experta.
Otro de los principales problemas que ha tenido el equipo ha sido encontrar la composición adecuada evaluando la hinchazón y la lixiviación, también conocida como pérdida de sólidos pos solubilización, en contacto con el agua. Por otra parte, los investigadores también han medido la 'concentración letal' (LC) del compuesto necesaria para matar al 99 por ciento de las larvas.
De este modo, la experta ha destacado que "el LC del aceite de tomillo no encapsulado es de 70 microcgramos por mililitro, sin embargo, cuando ponemos el aceite en la partícula, el nivel baja a 31 gramos por mililitro. Lo que supone que nuestro sistema de liberación controlada aumentó su acción larvicida".
Por otra parte, Prata ha destacado que al tratarse de un aceite es muy difícil que el mosquito desarrolle resistencia a él, por su compleja composición química, que además incluye otras moléculas activas del timol. El equipo también ha probado como larvicida paracress, una planta también llamada hierba de los dientes, conocida por su efecto analgésico. En este punto, el resultado fue muy similar, pero el coste es aproximadamente 15 veces mayor que el de timol.
Ahora el equipo se encuentra estudiando la posibilidad de utilizar esas mismas partícula para encapsular bacterias fijadoras de nitrógeno, que ayudan al crecimiento de las plantas, y que suponen que podría reducir la cantidad de fertilizantes utilizados en la agricultura.