La caza furtiva de rinocerontes en el delta de Okavango, en Botsuana, ha alcanzado un nivel sin precedentes con un total de 31 rinocerontes matados en el último año, según ha alertado este martes el Ministerio de Medio Ambiente, Recursos Naturales, Conservación y Turismo.
El Ministerio ha precisado en un comunicado que desde octubre de 2018 han sido cazados un total de 31 rinocerontes --23 blancos y ocho negros--. Solo en 2019 han sido matados 22 rinocerontes.
"El Gobierno ha reforzado considerablemente los esfuerzos para abordar la caza furtiva con intervenciones que han llevado a la recuperación de algunos cuernos y armas de caza", han asegurado las autoridades locales.
En el marco de estos operativos, se han producido siete víctimas entre los cazadores furtivos que se resistían a ser arrestados, han indicado sin especificar si son muertos o heridos.
"El Gobierno seguirá haciendo todo lo que pueda para proteger a esta icónica especie, que ha tenido que reintroducirse dos veces en Botsuana", ha asegurado, reclamando tanto a las comunidades locales como al sector privado que contribuyan a ello.
La actual población de rinocerontes de Botsuana es un secreto bien guardado por el Gobierno. No obstante, funcionarios del Departamento de Vida Salvaje y Parques contaron a Reuters en octubre que, si la caza furtiva continuaba a este ritmo, "no habrá rinocerontes en uno o dos años, especialmente rinocerontes negros, una especie en peligro".
Botsuana es considerado un refugio seguro para los rinocerontes, ya que su caza está prohibida, pero los furtivos se aprovechan de la gran extensión del delta de Okavango. El cuerno de rinoceronte está valorado en más de 65.000 dólares por kilo, con una demanda creciente, sobre todo en Asia, donde se le atribuyen propiedades medicinales.