Imagen @EfemeridesSV,


El deseo del hombre por surcar los cielos se remonta a muchos siglos atrás, y diversas historias, que podrían considerarse casi leyendas, demuestran que los salvadoreños no han sido ajenos a ese deseo de dominar un espacio que por mucho tiempo se consideró propio de las aves.

Uno de esos hombres que decidió emprender la tarea de conquistar los cielos fue Domingo Antonio de Lara y Aguilar, prócer de la independencia centroamericana, y a quien algunos escritores e historiadores catalogan como el primer "aviador" salvadoreño.

Carlos Cañas Dinarte ha sido uno de los historiadores que señala a De Lara y Aguilar como el primer "aviador" de San Salvador. Asimismo, la cuenta de Twitter @EfemeridesSV, que ofrece datos históricos y culturales de El Salvador, brindó este día un espacio al prócer que surcó los cielos de la capital salvadoreña.

"30.agto.1783 En la ciudad de San Salvador, nace el independentista Domingo Antonio de Lara, primer sansalvadoreño que voló en un planeador de su invención desde las torres del templo de San Jacinto. #EfeméridesSV", escribió.



Este hecho es consignado también por la Fuerza Aérea de El Salvador (FAS), que en su web indica que Domingo Antonio de Lara, junto a Pedro Alfonso Ramos, realizaron entre los años de 1803 y 1810 sus primeros vuelos en rudimentarios aparatos construidos por ellos mismos, con lo que se lanzaban desde las antiguas torres de la iglesia del barrio de San Jacinto.

"Domingo Antonio de Lara y Aguilar, después de estudiar y diseñar una basta cantidad de aparatos voladores, decidió construir un planeador bastante rudimentario y logró efectuar desde las torres de la iglesia del barrio de San Jacinto un perfecto vuelo descendente, con tan buena suerte que logró superar las marcas establecidas por su antecesor y contemporáneo Pedro Alfonso Ramos. Luego, mediante mejoras efectuadas a su aparato volador, efectuó vuelos de mayor duración y con mejor control", señala la FAS.

Dichos registros añaden que una tarde de 1810, mucho antes que los hermanos Wright efectuaran su primer vuelo, De Lara despegó desde una las antiguas lomas de Candelaria con la intención de aterrizar en la plaza de San Jacinto. Ante la vista de una multitud de personas deseosas de ver la proeza del "hombre volador", Lara planeó por muchos minutos y logró romper su récord de vuelo: planeando aproximadamente 1,600 metros hasta donde hoy se ubica el Zoológico Nacional. Lamentablemente una inesperada ráfaga de viento dobló una de las alas y el planeador se precipitó a tierra.

Tras la caída, Lara sufrió múltiples fracturas en uno de sus brazos; además, su aparato volador quedó destruido. Debido a este hecho, y tras los ruegos de su esposa e hijos, desistió de seguir en su intento por volar.

Dichas hazañas son las que han valido para que Domingo Antonio de Lara y Aguilar sea considerado por muchos como uno de los pioneros en la historia de la aviación de El Salvador y demuestran que el hombre salvadoreño también tuvo el deseo dominar ese espacio que por mucho tiempo fue exclusivo de las aves.