"Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver a Dios nacer", resuena el estribillo de este conocido villancico, de origen español, pero famoso en toda Latinoamérica.
Pero, ¿cuál es el verdadero origen de esta pegajosa melodía navideña? ¿por qué 'beben los peces en el río'? ¿De dónde salió esta canción?
Todo se remonta a la edad media. La Iglesia, como en otras ocasiones, buscó la forma aprovechar la cultura popular de la España del siglo XV, retomando las canciones que sonaban en los pueblos más pobres.
Los ritmos y algunas letras fueron "adaptadas" para añadir una pedagogía religiosa, según narran historiadores españoles. Por eso, seguramente los peces que beben en el río no tienen mucho que ver con el Dios recién nacido.
Un origen colectivo y religioso.
Según Sebastían de Covarrubias, un escritor del siglo XVII citado por el periódico El País, que los habitantes de aldeas más pobres solían cantar mientras trabajaban. Los cortesanos, en tanto, tomaron gusto de estos ritmos alegres que se oían en los caminos y campos.Poco a poco se les incrustó un coro en composiciones más cultas de bardos, que actuaban en las plazas en las épocas de Navidad.
Podían retomar cualquier tema para hacer una canción: refranes populares, bromas, y hasta chistes sexuales.
El gran libro de los villancicos, de Silvia Iriso, narra que el fray Ambrosio Montesino escribió en el año 1508 varias letras sobre Jesucristo, la Virgen o los apóstoles, y las encajó en estas melodías populares. Así, "villancicos que fueron amorosos y rayanos en lo sexual, sobre mujeres que con 10 años ya habían experimentado “el amor”, se convirtieron en cantos sobre la Virgen", detalla.
El villancico como forma de evangelización dejó de usarse hasta el siglo XIX. Sus coritos repetitivos y ritmo pegajoso, sin embargo, siguen sonando en las cabezas de todos.
Los peces en el río, en tanto, no tienen un autor concreto: el villancico nace de una composición colectiva, con un coro de expresión popular, y estrofas adaptadas a motivos religiosos. De ahí que los peces en el río, probablemente no bebían por ver a Dios nacer.