EFE

Al dejar la madera quemada, los árboles acumulan nutrientes como el fósforo, potasio, manganeso, zinc o cobre que colaboran en la renovación de los ciclos biológicos y químicos del suelo.

La madera quemada después de un incendio forestal puede actuar como "legado biológico" y favorecer la regeneración del ecosistema dañado, según un estudio que plantea la conveniencia de no retirar la masa forestal quemada, un práctica muy habitual en España.

Si la madera quemada no se extrajera de la zona afectada, un manejo adecuado de la misma podría acelerar el proceso de regeneración forestal y aportar nutrientes al suelo que mitiguen el impacto negativo de los incendios, ha explicado a Efeverde Jorge Castro, ecólogo de la Universidad de Granada y coautor del estudio.

El estudio analizó durante 10 años el efecto de la saca de madera, frente a otros métodos no tan invasivos, en el incendio de Lanjarón -Parque Nacional de Sierra Nevada- que calcinó en 2005 unas 1.300 hectáreas de pinares.

Además, cuando la madera se descompone se incorpora a la cadena trófica donde invertebrados, hongos y bacterias se encargan de minimizar la pérdida de esos nutrientes, sin olvidar, que las ramas y los troncos de los arboles quemados actúan como estructuras físicas para otras plantas protegiéndolas de los herbívoros y reduciendo el estrés hídrico durante el verano.