La familia de Federico Morales y los restauradores del mural participaron en la develación de la obra. / W.U.


Los artistas Mauricio Mejía, María Elena de Palomo y su hijo Mauricio Mejía reviven la inspiración sobre la incidencia del campo y la ciudad, al restaurar el mural que realizó el maestro Federico Morales en los años 80. A más de 28 años de su fallecimiento, sus obras continúan muy presentes, es por ello que su pintura renovada fue develada como un compromiso con la historia de nuestro país.

La obra es acogida en las instalaciones del Consejo de Alcaldes y Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador (COAMSS-OPAMSS), institución que expresó que la restauración reflejó la recuperación de una parte de la historia nacional.

Para Mejía ser parte del remozamiento representó un gran privilegio, pues recuerda que Federico Morales fue alumno de la misma escuela de arte a la cual él perteneció. “Hay un compromiso y una comunión muy íntima con su legado... el hecho de que la gente vea su trabajo como artista para mí es gratificante”, expresó el pintor.

El colorido mural refleja parte de la historia del país. / Wilson Urbina


Morales, quien falleció en el año 1989, destacó en las artes visuales por su trabajo como pintor de murales y docente en varias universidades. Fundó la compañía constructora ASM (Alfaro, Suárez, Morales), desarrollando proyectos turísticos y habitacionales en el país como el Parque Balboa (1949), el mirador natural de la Puerta del Diablo, mirador de Los Planes de Renderos y el turicentro Los Chorros.

Para sus hijos este evento representó un homenaje a su progenitor.

“Mi padre siempre tuvo alma de artista y estamos felices de que una vez más se vea su obra”, dijo Maricela Morales, hija del fallecido muralista.