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Ría Lagartos, en el estado mexicano de Yucatán (este) y donde el agua salada se confunde con la dulce, es el hogar de majestuosos flamencos rosados que en esta temporada ven el nacimiento de sus polluelos en una zona celosamente vigilada por autoridades ambientales.

El paisaje es dominado por manglares de un intenso verde contrastado con el rosado plumaje de los flamencos, que vuelan en enormes parvadas lo mismo a raz del agua que elevándose a todo lo alto.

En esta temporada del año nacen los primeros polluelos de flamenco rosado del Área Natural Protegida de Ría Lagartos y en 2018 se ha alcanzado la cifra récord de 21.960 nidos, según cifras de la Secretaria de Medio Ambiente.

Pero imposible acercarse a la zona de nidos pues es custodiada en torno a varios kilómetros, con un primero filtro que son los mismos guías turísticos seguidos de funcionarios de Medio Ambiente y numerosos policías federales. Se prohíbe incluso hacer imágenes con dron.

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Estos flamencos son de la especie "rosada del Caribe", una de las seis que hay el mundo. "El color rosado de su plumaje se debe a que se alimenta de pequeños crustáceos llamados artemias, su alimento preferido", señala Medio Ambiente en un comunicado.

Las elegantes flamencos por momentos parecieran danzar sobre el agua de la ría, en cuyo centro de agua salada brotan chorros de líquido dulce proveniente de cenotes formando manchas de colores café y azul.

La zona también es el hogar de otras 395 especies de aves, tanto residentes como migratorias, así como gran variedad de peces, además de cocodrilos y jaguares.

A la etapa de anidación procede la de anillamiento, una forma de identificarlos y tener un seguimiento de la población de flamencos.

México tiene un acuerdo con Cuba para la conservación del flamenco rosado del Caribe y gracias al anillamiento se conoce cuántos ejemplares se desplazan y se reproducen en ambos países.