El Barcelona superó el susto vivido este miércoles en su visita al Linares Deportivo (1 – 2) después de mantenerse abajo en el marcador hasta la última media hora de partido, cuando Ousmane Dembélé y Ferran Jutglá sacaron del apuro a los culés para certificar el billete a octavos de final de la Copa del Rey.
La noche fue complicada para un Barça que sufrió para eliminar a un equipo de la tercera categoría del fútbol español, los pupilos de Xavi Hernández se vieron sobrepasados en la primera mitad, lavaron la cara en la segunda y acabaron llevándose un pase que evita la tragedia copera a las primeras de cambio.
El vigente campeón, recibió pronto el primer golpe, apenas había trascurrido 19 minutos cuando Hugo Díaz remató con la cabeza un centro exquisito de Fran Carnicer. El giro del cuello permitió cambiar la trayectoria del balón, que llegó medido desde la derecha, y así engañar a un Neto que nada pudo hacer por evitar el éxtasis de un abarrotado Linarejos.
El partido se puso feo para un Barça que, comenzó a desperezarse con dos lanzamientos lejanos de Nico, uno de ellos tras un buen balón de Jordi Alba, y el propio lateral zurdo tuvo la ocasión más clara con un remate -libre de marca- en el segundo palo en el añadido del primer acto. Su disparo se fue por encima del larguero y la desesperación se hizo dueña de los blaugranas.
Sin embargo, la segunda mitad fue totalmente diferente. El guión lo cambió Xavi desde el banquillo con el triple cambio de Piqué, De Jong y Dembélé, que fue clave para equilibrar el choque. Ya había avisado el francés hasta que un disparo desde la frontal, con un bote puñetero para Razak, supuso el 1-1 y la tranquilidad en la media hora final.
El Barça se soltó, encontró más espacios por banda, con un buen Dani Alves en su re debut, y a su vez aprovechó el desgaste físico del cuadro jiennense para dar la estocada definitiva. Jutglá, con un recorte y una definición maestra, dio la vuelta al partido y resolvió un entuerto que se hizo cuesta arriba gracias al buen hacer de los andaluces, que merecieron haber forzado la prórroga.
Y fue así porque los pupilos de Alberto González se dejaron el corazón sobre el verde. Primero con un gol anulado antes de que Jutglá lograse el 1-2 y después con un zapatazo increíble de Carracedo que se estrelló en la cruceta. El Linares se vació y se marcha de esta Copa con la cabeza bien alta y la ovación de su gente.
El Barça, por su parte, pudo haber logrado un colchón más amplio al final, pero el fútbol quiso que hasta el último instante los de casa mantuviesen la vela encendida.
Los de Xavi empiezan con dificultades la defensa del título pero aseguran, con mucho trabajo, su presencia en el sorteo de los octavos de final del próximo viernes.