Felipe Melo recordó lo difícil que fue vivir su infancia en Brasil, pues viene una de la favelas más peligrosas de la ciudad, donde había droga, armas y crimen.
De acuerdo con Melo, que habló con Sky Sport, él si no estuviera en el fútbol sería un asesino.
"Si no jugara a fútbol, sería un asesino... Dejé aquella vida para perseguir mi sueño. A veces iba a entrenar y, cuando volvía, alguno de mis amigos había muerto. Tenía que decir 'sí' al fútbol o a una mala vida. Y le dije que 'sí' al fútbol y a una vida diferente", aseguró Melo.
Aunque también admitió que sus primeros pelotazos no fueron fáciles: "Al ficharme el Flamengo fue complicado, porque tardaba dos horas en bus para llegar a los entrenamientos. Pero mi padre acabó dejando uno de sus trabajos para poderme llevar", detalla.
El brasileño considera a su familia una de las claves de su éxito. Sobre todo a su esposa, a la que da las gracias porque "cuando la conocí, nació otro Felipe Melo", agregó