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Un penal fallado por Raúl Jiménez, un gol a dos minutos del final... El Sevilla conserva el aura en su competición fetiche, la Europa League, y lo demostró eliminando este martes en cuartos al Wolverhampton con un gol del argentino Lucas Ocampos.

El Sevilla, que busca su sexto título en la Europa League, se verá las caras en semifinales con otro equipo inglés, el Manchester United, que se deshizo en cuartos del Copenhague, el domingo 16 de agosto.

En la ciudad alemana de Duisburgo, y sin presencia de aficionados por la pandemia de coronavirus, el cuadro hispalense de Julen Lopetegui, que había dominado la posesión del balón y mostrado más ambición ofensiva, no anotó el gol de la victoria hasta el minuto 88, cuando un centro al área del argentino Éver Banega desde el costado derecho fue cabeceado al fondo de la red por su compatriota Ocampos.

El Wolverhampton desaprovechó su oportunidad en el minuto 13 de partido cuando el delantero mexicano Raúl Jiménez falló un penal cometido sobre el español Adama Traoré.

El fornido delantero catalán realizó una cabalgada desde su propio campo que el central brasileño Diego Carlos tuvo que frenar en falta. Después de que el VAR certificase la pena máxima, a Jiménez se le hizo pequeño el arco y su lanzamiento fue detenido por el arquero marroquí Bono.

Los pupilos de Nuno Espírito Santo pagaron caro ese fallo en el único acercamiento con verdadero peligro al área sevillista, y fueron cediendo terreno poco a poco a un Sevilla que mostró mayor fortaleza física, calidad, y experiencia en duelos europeos.

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- Conexión argentina -
Una primera parte más igualada, con un Sevilla dominante pero sin plasmar su superioridad en ocasiones claras, como un disparo demasiado cruzado de Youssef En-Nesyri, dio pie a un segundo acto con un Sevilla más determinado a evitar la prórroga y unos eventuales penales.

En-Nesyri volvió a gozar de una ocasión luego de llevarse el esférico dentro del área ante varios rivales pero su remate, ya sin fuerzas, fue detenido sin problemas por Rui Patricio (61).

El Sevilla hacía daño a balón parado, y Banega se encargó de lanzar una falta desde la media luna del área que él mismo había provocado, obligando a la estirada del arquero luso (77).

Banega, por lo demás no especialmente protagonista del juego, acertó diez minutos después a poner un balón en la testa de Ocampos para firmar un gol que, quién sabe, puede entrar en la historia del club si se acaba conquistando el trofeo con forma de vasija alargada.

La próxima parada del pentacampeón andaluz será el domingo en Colonia ante los 'Diablos Rojos'. Una nueva oportunidad para demostrar el idilio del Sevilla con la Europa League.