La selección de Siria, empató 2-2 con Irán e irá a un juego extra con la selección de Australia, el ganador de la serie, se las verá con el representante de la Concacaf para buscar uno de los últimos boletos para Rusia 2018
Como siempre, el fútbol es sinónimo de alegría en lugares donde predomina la guerra, el odio, la violencia y la muerte; hay varios casos que remarcar, como por ejemplo la selección femenina de Venezuela en el Mundial sub-17 de Jordania, que disputó su primera final en la historia, esta selección le dio por un momento, por noventa minutos quizás, alegría y esperanza a todo un país inmerso en una profunda crisis política-social.
También, recordar la histórica selección de El Salvador que clasificó al Mundial de España 1982, envuelta de jugadores aguerridos, que hicieron que por un momento, su país se uniera y viviera una noche de paz y alegría en medio de una de las guerras más violentas de su historia.
La historia se vuelve a repetir, Siria, país que vive un conflicto armado desde hace más de 6 años, ha tenido que llorar a más 100.000 muertos y extrañar a más de 5.000.000 desplazados; Su selección logra un hito histórico al clasificarse por primera vez en su historia a un repechaje y está más cerca que nunca de clasificarse a un Mundial.
Siria, empató 2-2 con Irán, y no le alcanzó el tiraje para clasificar directamente al Mundial, pero tendrá la oportunidad de su vida al disputarse un partido extra con Australia, el ganador de esta serie, irá con el representante de la Concacaf, que hasta la fecha está entre Honduras y Estados Unidos.
Siria ya hizo historia al llegar hasta esta etapa, lo demás es ganancia, luego de superar adversidad por adversidad jugando al fútbol en un ambiente devastador.
El fútbol otra vez da la alegría y esperanza a lugares donde predomina la sombra del temor, siendo este deporte una vez más, un rayo de luz.