Sin la ayuda de Pickles, el perro de David Corbett, la selección de fútbol de Inglaterra, no habría podido levantar la Copa Jules Rimet para su país en 1966.

Según relata el El Espectador, el domingo 20 de marzo de ese año, cuatro meses antes de que comenzara el Mundial, con sede en Inglaterra, el trofeo Jules Rimet, que se le entregaba al ganador del torneo, fue hurtado de la exposición de filatelia Stampex de Stanley Gibbons, en el Methodist Central Hall de Westminster, un recinto en pleno centro de Londres, a pocos metros del Parlamento.

El entonces presidente de la FIFA, sir Stanley Rous, había aceptado prestar la estatuilla con la condición de que fuera transportada por una empresa de seguridad acreditada, se exhibiera en una vitrina cerrada con candado, tuviera vigilancia las 24 horas del día.

Sin embargo, el trofeo no estaba vigilado a toda hora y la exposición se cerraba temporalmente mientras se celebraba la misa, por lo que los investigadores supusieron que el ladrón ingresó por la puerta trasera y se marchó sin dejar rastro.

De acuerdo con BBC, la noticia fue titular en todos los medios de comunicación internacionales y sembró el pánico en la Asociación Inglesa de Fútbol (FA) y todas las autoridades del Reino Unido.
Nos dijeron que se habían tomado las medidas de seguridad más estrictas. Pero fallaron", afirma un reportero de la BBC.

Después de varios días de búsqueda, el trofeo finalmente apareció, aunque no fueron los detectives los que lo encontraron, sino un perro de raza collie, de color blanco y negro y de nombre Pickles, que le pertenecía a un ciudadano trabajador en el puerto, David Corbett.

En su paseo dominical, casi una semana después del robo, Pickles comenzó a olfatear los arbustos de una carretera en el sur de Londres y encontró en una caja una estatuilla de oro. Su dueño, asombrado, la llevó de inmediato a la policía.
Por entonces, el IRA (Ejército Republicano Irlandés) andaba suelto, así que pensé que era una bomba, pero la curiosidad me ganó. Rompí un poco la caja y vi una inscripción que decía: Brasil, Alemania, Uruguay. Volví a casa corriendo y le dije a mi mujer: ‘¡Creo que he encontrado la Copa Mundial!’”, relató Corbett en una entrevista con Fifa.com.

Pickles no sólo se convirtió en un héroe nacional, sino que recibió múltiples distinciones como “el perro del año” y la medalla de plata de la Liga de Defensa Canina. Poco después incluso protagonizó una película sobre detectives.

La vida de esta celebridad canina, sin embargo, no duró mucho. En 1967, cuando era uno de los símbolos de la sociedad inglesa, Pickles murió estrangulado por su propio collar mientras perseguía un gato en el vecindario.

Ahora, su collar se exhibe en el Museo Nacional de Fútbol de Manchester. Gracias a Pickles, Inglaterra tuvo su copa, la primera hasta entonces y, para dolor de sus fans, la última hasta la fecha.