Marco Carranza es un niño de nueve años que practica el motociclismo y que desde muy pequeño ha tenido el contacto con el deporte de doble rueda. A la luz de la segunda fecha de la Copa Latinoamericana de Minicross, en Colombia, para el mes próximo, con su padre Guillermo Carranza, se reunieron con el presidente Ad honorem del Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (INDES), Yamil Bukele, para solicitarle ayuda económica y poder participar en la justa, a lo cual la aprobación fue certificada.

La falta de apoyo económico en algunas federaciones del deporte nacional en gestiones anteriores ha sido clave para el desaire de atletas en competencias internacionales. “Fueron varias federaciones que el gobierno anterior les retiró el presupuesto porque ellos pensaban que nosotros éramos deporte élite de gente adinerada y que no necesitábamos ayuda para competir”, manifestó Guillermo.

El padre del motociclista cuenta cómo descubrió en Marco la pasión por este deporte. “A él gustaba competir con sus amigos y decidimos llevarlo a una competencia, pero al principio tenía que convencer a su mamá porque a ella le daba miedo, pero la convenció y a los cinco años le compramos su primer moto”, recordó el padre de Marco.

En la modalidad de Minicross, Marco Carranza es el único deportista a su edad que ha sido bicampeón nacional tanto en los campeonatos de Guatemala como El Salvador en 50cc. “Marco es un niño disciplinado y sigue las instrucciones que le damos. Él tiene consciencia de lo que hace. Él es el más chiquito de los que corren y aún así les logra ganar”.



El entrenamiento de Marco únicamente lo proporciona su papá. En la competencia Guillermo ha apoyado a su hijo por su esfuerzo y dedicación. “Los niños siguen siendo niños y hay que valerles el esfuerzo que hacen aunque a veces los trate como adultos, pero ellos tienen ese chip que cuando ven una moto y se ponen su casco ya son profesionales”.

Guillermo expresó que su hijo participa en competencias en Guatemala y él los ha costeado, pero así como en Costa Rica, ahora en Colombia necesita de fondos. “Los boletos a Sudamérica son carísimos, nosotros buscamos patrocinio privado como Lubricantes Top One y Motorepuestos, pero las empresas son celosas para brindarnos sus recursos”.

La Copa Latinoamericana de Minicross es un torneo individual con un total de 40 niños. Según Guillermo, él recibió una invitación para participar y espera que su hijo esté en el top 10. “En Colombia la localía pesa y la mayoría de participantes son colombianos, pero si logramos un top 5 es como si ganáramos el mundial”, dijo.

Marco ha sido adiestrado por su padre para la práctica de piruetas, pero Guillermo sabe de la ambición de su hijo. “Hay saltos grandes y uno se asusta porque algo le pueda pasar, pero ellos ya se acostumbran a lo que viene después del salto”.