Los futbolistas podrán continuar jugando en Israel los sábados, día de reposo semanal para los judíos ('shabat'), después de que el gobierno del país haya decidido mantener esta vieja excepción deportiva tras un compromiso con los ultraortodoxos.

La celebración de partidos durante el 'shabat' era un motivo de discordia, ya que la religión judía prohíbe el trabajo, aunque con amplias excepciones, del viernes por la noche al sábado por la noche, tiempo en el que se insta al estudio de la Torá, al rezo en las sinagogas y al descanso.

Pero, en la historia de Israel, siempre se jugó al fútbol los sábados, cuando la actividad en el resto del país es casi nula.

Una parte de los encuentros de la primera división se disputa el viernes por la noche o el sábado y son seguidos, en los estadios o a través de la televisión, por decenas de miles de israelíes.

En los últimos años, esta excepción había sido atacada por los defensores de la ortodoxia religiosa. En agosto de 2015, un juez de Tel-Aviv dio la razón a jugadores de la segunda división que, por convicción religiosa, no quería jugar más los sábados.

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Haïm Katz, firmó el domingo una derogación general, permitiendo el trabajo de todos los empleados de la industria del fútbol en una cancha, tanto los futbolísticas como cuerpo técnico, indicaron fuentes del ministerio este lunes en un comunicado a la AFP.

La derogación está condicionada al pago de horas extras trabajadas el sábado, tal como prevé la ley, especificó el comunicado.

Esta medida ha sido posible después de un acuerdo del gobierno con los ultraortodoxos, que forman parte de la coalición en el poder, por el que el ministerio del Interior puede rechazar las autorizaciones acordadas a los comercios para abrir los sábados, con excepción de Tel-Aviv.