Sin jugadores masticando tabaco ni espectadores en las gradas, y con un calendario de solo 60 partidos en lugar del habitual maratón de 162, las Grandes Ligas de béisbol arrancarán hoy su esperada temporada 2020 en pleno resurgimiento del coronavirus en Estados Unidos.

Con un retraso de cuatro meses por la pandemia, y tras una cruda disputa salarial entre peloteros y propietarios de las franquicias, las Grandes Ligas (MLB) inaugurarán su temporada ajustándose a su nueva realidad, marcada por una permanente incertidumbre.

La MLB, a diferencia de otras ligas como la NBA (basquetbol) o la MLS (fútbol), decidió que los partidos no se disputen en una única sede “burbuja” (ambos deportes en el complejo deportivo de Disney World en Orlando), sino en los estadios de cada equipo a puerta cerrada.

Hoy, los vigentes campeones, los Nacionales de Washington, recibirán a los Yankees de Nueva York en la apertura de la campaña más atípica de este deporte, que llega cuando el país bate récords de casos diarios de coronavirus y ya suma más de 3,9 millones de contagios y más de 142 mil fallecimientos.

 

Cambio de normas

Los jugadores que se han embarcado en la temporada se someterán a estrictos protocolos de salud y seguridad diseñados para mantener a la competición a salvo de la pandemia.

Los beisbolistas serán sometidos a pruebas cada 48 horas, y habrá obligación de llevar mascarillas en el campo.

Las normas de distanciamiento físico implicarán la ampliación de los banquillos, con jugadores de reserva repartidos en asientos de las gradas.

Dos elementos básicos del béisbol, el tabaco de mascar y las semillas de girasol, estarán prohibidos.

En el nuevo código de seguridad de este deporte, conocido como el pasatiempo nacional de Estados Unidos, tampoco estará permitido escupir ni ‘chocar los cinco’ por una gran jugada.

Los jugadores o entrenadores que salgan de sus posiciones para protestar ante los árbitros, o se les acerquen a menos de seis pies (1,8 metros), podrán ser expulsados y sancionados.