La Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa) instó ayer a evitar otro impago en octubre, cuando se espera un nuevo vencimiento de la deuda previsional, para no afectar más las tasas de interés de los préstamos, que ya aumentaron durante este año.

La gremial presentó este jueves un balance sobre el desempeño mostrado por el sector bancario hasta julio. Los datos del Banco Central de Reserva (BCR) citados por Abansa indican que entre enero y junio de este año, la tasa promedio de los créditos aumentó en 0.28 puntos porcentuales, pasando de 6.28 a 6.56 % en ese periodo. Solo entre marzo y abril, la tasa de los préstamos aumentó de 6.20 a 6.42 %, indican los datos.

Aunque sí hay un aumento en este año, desde 2012 la tendencia de las tasas ha sido mantenerse en torno al 6 %. No obstante, este comportamiento pueden cambiar si El Salvador no garantiza el pago de los $91 millones en Certificados de Inversión Previsional (CIP) que vencen en octubre.

“Sí, hemos notado efectos. Fueron transitorios por la rapidez con la cual se logró encontrar una solución al problema. Nos preocupa que el impago, si se da en una segunda oportunidad, se prolongue en el tiempo, donde sí veríamos unos efectos más serios y más prolongados”, dijo ayer Raúl Cardenal, presidente de la Abansa.

 

Se restringiría el fondeo

En abril, el Gobierno falló en pagar a tiempo $56.6 millones en CIP, parte de la deuda adquirida con los cotizantes de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

La Asamblea Legislativa no logró un acuerdo para financiar la partida presupuestaria asignada a esta obligación, y fue hasta finales de ese mes que se aprobaron recortes presupuestarios para solventar la situación. Mientras tanto, las calificaciones de riesgo del país se desplomaron y ahora están entre las más bajas de América Latina.

Un perfil crediticio tan deteriorado hace que el Gobierno y las empresas que operan en El Salvador se perciban como agentes propensos a no cumplir sus obligaciones, y esto implica cobrarles un mayor interés por el fondeo que soliciten.

Abansa vaticinó que otro impago les cerraría las puertas del fondeo internacional, limitando la cobertura de la demanda local de préstamos. Por consiguiente, aumentarían las tasas de interés de los créditos otorgados dentro del país.

Otro factor que ha influenciado los intereses es el aumento en las tasas de referencia de Estados Unidos.

“Hay una combinación entre el impago y las tendencias internacionales que han producido un incremento en el costo del dinero que los bancos le pagamos a los que nos dan la materia prima, que son los depósitos y los préstamos”, explicó Cardenal.

El presupuesto de 2017 se aprobó con una partida simbólica de $1,000 para el pago del servicio de deuda previsional, y éste fue el origen del impago de abril.

En ese sentido, la gremial urgió la aprobación de una reforma previsional que evite otro evento de crédito en octubre, pero que respete la propiedad de los ahorros de los trabajadores y garantice una mejor pensión, aclaró Cardenal.

“Pensamos que es urgente, es importante que se llegue a un acuerdo en la reforma”, dijo.

 

 

El impago de abril



El origen

El presupuesto de 2017 se aprobó en enero con una partida simbólica de $1,000 para pagar el servicio de deuda de los CIP, bajo el compromiso de buscar luego los recursos para ello.

 

Sin acuerdo

En abril, la Asamblea Legislativa falló en lograr un acuerdo para financiar el pago de $56.6 millones que se vencían entre los días 7 y 20 de ese mes. De esta manera, el país cayó en impago.

 

Efectos

Para cuando se había solventado, tras aplicar recortes presupuestarios, la calificación de riesgo de El Salvador ya estaba por los suelos y ahora es una de las peores en la región.