El nuevo Gobierno se enfrenta al desafío de elaborar un plan quinquenal de desarrollo, así como lograr acuerdos públicos y privados, indicó ayer Pedro Argumedo, economista de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).
Para el experto, esos acuerdos públicos y privados se deben basar en las “mejores prácticas internacionales” con una definición de objetivos, recursos, acciones y entes responsables, todo esto en función de un calendario de implementación que permita dar monitoreo y evaluar los alcances.
“Ese proceso lo hace cualquier país desarrollado, hacer acuerdos con estándares mundiales es muy importante para generar certidumbre (…). Cuando nos ponemos de acuerdo crecemos”, aseguró.
Igual importancia tiene la elaboración de un plan quinquenal de desarrollo, explicó, que se enfoque en fortalecer la institucionalidad, el combate a la inseguridad, aumenta la competitividad y la transición hacia la cuarta revolución industrial. “Hacer un plan quinquenal es importante para tener claro hacia adónde van las acciones del Gobierno y eso hace fácil la comunicación con los cooperantes internacionales, es vital”, indicó.
Para este 2019, el esfuerzo se debe centrar en las finanzas públicas, pues, según estimaciones de Fusades, el déficit fiscal cerraría este año en $862.5 millones, unos $168 millones por arriba de los $694.5 millones de 2018.
Éste sería el monto más alto desde 2015, cuando el déficit fiscal cerró con $851 millones y se logró reducir a $750.3 millones en 2016. En 2017 fue de $631 millones.