AES El Salvador inauguró ayer la última de las diez plantas que comprende el proyecto Bósforo, con el cual ahora la distribuidora suministra energía no contaminante a cerca de 100,000 hogares salvadoreños.
Bósforo es un proyecto desarrollado por AES, con operaciones en el país desde 1998, en asocio con la Corporación Multi Inversiones (CMI). Consiste en la construcción de 10 plantas solares en municipios identificados “quirúrgicamente” por la compañía acorde a las necesidades de suministro de electricidad, comentó Abraham Bichara, presidente ejecutivo de AES El Salvador.
La última planta solar se inauguró este martes en Guazapa, San Salvador, con la participación de altos ejecutivos de la Corporación AES y del Presidente de El Salvador, Nayib Bukele. “Bósforo es parte del futuro” de la compañía de acelerar un sector energético más sustentable, aseguró Juan Ignacio Rubiolo, presidente de AES México, Centroamérica y el Caribe.
Con la puesta en operaciones de la última planta se cierra el ciclo de construcción de 10 centrales con una capacidad, cada una, de 10 megavatios (MW) para sumar en conjunto 100 MW de energía limpia, que se inyecta a la red bajo el manejo de AES Soluciones.
La diversificación de la matriz energética incluye el cambio de una generación térmica, a base de búnker y considerada como contaminante, a una incorporación de tecnologías -como la solar- amigables con el medio ambiente. AES aseguró que con Bósforo se evita la emisión a la atmósfera de más de 175,000 toneladas de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales compuestos químicos que aceleran el calentamiento global.
Más que contribuir a la calidad de los sitios donde se encuentra la planta, con un servicio más confiable y precios más baratos, lo que “se busca es la sustitución de combustibles fósiles que son mucho más costos que la energía renovable”, agregó Bernerd Da Santos, vicepresidente ejecutivo de la Corporación AES.
Bósforo es “parte de un programa mucho más grande”, pues está alineado a la estrategia de la Corporación AES de reducir las emisiones de carbono en sus operaciones globales en un 50 % para 2022 y en un 70 % para 2030.
“Bósforo trae para El Salvador menores costos de generación, energía renovable, una sustitución y contribución a la reducción de emisión de carbono, y trae confiabilidad a las localidades, de las cuales se ha hecho a la medida en la distribución de energía”, agregó el ejecutivo.