El banco de inversión independiente de Estados Unidos, Stifel, advirtió de una “falta de claridad” de un plan del Gobierno para dar sostenibilidad a las finanzas públicas, fuertemente golpeadas por la pandemia.
El Gobierno salvadoreño continúa emitiendo deuda local para responder a problemas de caja por la crisis económica y se conoció que la semana pasada el mercado de bonos se cerró para El Salvador por la inquietud de los inversionistas ante el incremento de los compromisos.
En un análisis compartido esta semana, Stifel considera que las recientes colocaciones de deuda pública con altas tasas de interés son una muestra que el panorama económico continúa restringido por la falta de “claridad sobre el plan de la actual administración para llevar la trayectoria fiscal a una senda más sostenible, agravada por la ausencia de acceso al mercado internacional”.
La institución financiera recuerda que el saldo de las Letras del Tesoro (Letes) se encuentra cerca de su límite legal, junto a un entorno “político interno dividido” que restringe la aprobación de los créditos gestionados con multilaterales.
Stifel se suma a la advertencia emitida hace poco por la calificadora de riesgo Fitch Ratings, quien observa alto riesgo en el anteproyecto del Presupuesto General de la Nación de 2021 por su endeudamiento. “Implementar el presupuesto en su totalidad aumentaría la presión” en el perfil crediticio por el deterioro en la sostenibilidad de la deuda y las restricciones de financiamiento, destacó la agencia a inicios de octubre.
En su documento, el banco señala que “la escasez de compradores con los rendimientos actuales de dos dígitos también demuestra cómo los inversores están menos dispuestos a dar el salto de fe en que el presidente (Nayib) Bukele”.
El banco estadounidense advierte que tanto los equipos del Ministerio de Hacienda como del Fondo Monetario Internacional (FMI) estiman que el Gobierno podrá financiarse cerca de las elecciones legislativas y municipales de 2021, con una ventana de seis a nueve meses hasta que “lleguen las restricciones financieras”. La situación empuja a que el Gobierno tenga que recurrir a un Acuerdo Stand-By con el FMI.
La proyección del FMI es que la economía salvadoreña caiga -9 % este 2020 debido a la pandemia, pero Stifel destaca que “más allá de un bloque más prolongado que otros países de la región el menor crecimiento del PIB también se debe a las tormentas tropicales de Amanda y Cristóbal”.
Un freno: La deuda en niveles históricos
El 2020 deja en niveles históricos la deuda pública de El Salvador en cerca del 90 % del Producto Interno Bruto (PIB, la producción de bienes y servicios de la economía), aunque podría ser menor si se considera que el Gobierno no ha logrado conseguir los $3,000 millones que le avaló la Asamblea Legislativa para la pandemia y los $645 millones para cubrir la brecha del presupuesto del año ante la falta de aprobación de los préstamos en el congreso.
Para 2021, el Ministerio de Hacienda solicita en el anteproyecto del presupuesto financiamiento por $1,575.4 millones, de los cuales $1,342.2 millones se cubrirían con la colocación de títulos valores y $233.2 millones en desembolsos de préstamos. Sin embargo, los diputados distan de aprobar esta iniciativa bajo el argumento que el Ejecutivo estaría sobreestimando los ingresos tributarios y la perspectiva del crecimiento económico podría verse truncada por la incertidumbre ante la pandemia.
“En nuestra opinión, la probabilidad de que se vote el presupuesto 2021 en su forma actual es muy baja”, señala Stifel al enfatizar que “la primera orden del día” para la nueva Asamblea Legislativa será aprobar los préstamos con multilaterales pendientes.
La institución advierte que “se rumorea que el gobierno está explorando la posibilidad de emitir valores en otros mercados líquidos de América Latina, cuya viabilidad es cuestionable”. Suma que, “pase lo que pase”, los fondos externos deberán reembolsar primero los Certificados del Tesoro (Cetes) emitidos en 2020.
El Gobierno prevé que la carga tributaria se recupere en 2021 y espera ingresos por $5,159.9 millones, una suma que sería $342.7 millones (7.1 %) adicionales a los $4,827.2 millones de 2020.
“Suponiendo que la recaudación de ingresos comience a recuperarse (generalmente es más fuerte en la primera mitad del año) y no hay indicios de un programa (con FMI) tan pronto como la Asamblea esté en marcha, esperaríamos que el financiamiento se reduzca en la segunda mitad del 2021”, suma el banco estadounidense.
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