El Banco Mundial recortó ayer en dos décimas su proyección de crecimiento de la economía salvadoreña para 2019 y ahora espera que avance 2.4 %, una desaceleración más “autoinfligida que importada”, indicó el organismo.

En los últimos dos informes que publicó el Banco Mundial, en enero y junio, respectivamente, sobre las Perspectivas Económicas Mundiales para 2019, el organismo mantuvo la previsión que El Salvador crecería en el transcurso del año a una tasa de 2.6 %. Hasta ayer era el pronóstico más optimista e incluso superaba en tres décimas el 2.3 % anunciado por el Banco Central de Reserva (BCR).

El organismo situó en 2.4 % su previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB, que mide la producción de bienes y servicios de la economía), un ajuste que implica una reducción de 0.2 puntos porcentuales respecto al cálculo inicial de 2.6 %.

Las estimaciones para el próximo año se mantienen en 2.5 % y mejoró su proyección para 2021 en una décima adicional, ahora espera que la economía avance 2.5 % y no el 2.4 % anunciado en junio.

Pese al recorte en la proyección, la perspectiva del Banco Mundial se mantiene por arriba del 2.3 % que prevé el BCR junto al Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

En el transcurso del año, el Banco Central ha recortado en dos ocasiones sus previsiones de crecimiento económico para 2019. A finales de 2018, la institución esperaba un dinamismo de 2.6 %, pero en marzo la redujo a 2.4 % y en junio pasado volvió a ajustar a la baja, hasta el 2.3 %.

La institución explica ese recorte a un contexto interno y externo más adverso. Los factores responden a un menor ritmo de crecimiento de las remesas, el gasto público y la desaceleración de las exportaciones.



Baja autoinfligida

América Latina y el Caribe ingresaron en una nueva etapa de bajo desempeño económico, indicó el Banco Mundial ayer tras publicar su último informe semestral “La integración comercial como vía hacia el desarrollo”. La proyección actualizada del organismo es que la región en su conjunto (excluyendo Venezuela) crezcan un 0.8 % en 2019 y un 1.8 % en 2020.

“Sería tentador atribuir el lento crecimiento de la región a un entorno externo menos propicio. Sin embargo, en general, la desaceleración parece más autoinfligida que importada”, señaló el organismo en su informe.

Los años de precios elevados para las materias primas “quedaron claramente atrás”, comentó Martín Rama, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, para quien “ahora debemos concentrarnos en áreas como la integración comercial” para reavivar el crecimiento económico.

Para el experto, “una posible explicación” del lento crecimiento en la región recaería en una integración comercial en términos bajos y las cadenas de valor. Esa reducida apertura al comercio no se debe a la geografía, continuó, sino más bien a decisiones políticas públicas que mantienen restricciones al comercio.