Los conductores centroamericanos tienen más de un mes varados en Nicaragua, debido a la crisis política que vive el vecino país. / AFP


Aburridos y estresados, cientos de camioneros de carga centroamericanos están varados desde hace más de un mes en Nicaragua por el bloqueo de vías en las protestas contra el presidente Daniel Ortega. Han convertido la ruta y sus trailers en sus nuevos hogares, pero esperan ansiosos poder continuar su camino.

“Ya tenemos más de un mes de estar acá. Estamos aislados, no nos dejan salir (…). No tenemos un lugar donde ir a hacer nuestras necesidades, estamos padeciendo muchas cosas aquí, hay personas enfermas, compañeros que están desesperados”, dijo a la AFP el conductor guatemalteco Jorge Brand, de 28 años.

Brand se dirigía con mercadería a Costa Rica cuando quedó atrapado junto a otros camioneros en los bloqueos que los opositores al gobierno de Ortega mantienen en la Carretera Panamericana, entre los municipios de Diriamba y Jinotepe, en el sureño departamento de Carazo.

“Nos amenazaron con quemar los camiones y hacer cosas que no son correctas, prácticamente acá estamos secuestrados”, se quejó el conductor, quien dijo que a uno de los camiones los “encapuchados”, le pincharon las llantas de un balazo.

Ante la imposibilidad de continuar la marcha, los camioneros se las ingenian para sobrevivir sobre la carretera a la espera de que el Gobierno de Ortega y la oposición lleguen a un acuerdo y ellos puedan ser “liberados”.

“Estamos prácticamente aquí secuestrados, porque no podemos terminar el viaje, no podemos ir a ver nuestras familias. Es una situación precaria, no tenemos dónde bañarnos, dónde hacer nuestras necesidades”, lamenta el salvadoreño José Flores.

Por las mañanas, los camioneros salen a buscar agua con un balde entre las casas que están sobre la carretera para bañarse, en ropa interior, detrás de una de las puertas del furgón. Para hacer sus necesidades van al monte y los alimentos los preparan en pequeñas cocinas de gas que compraron en una tienda de un poblado cercano, donde también se abastecen de alimentos con el dinero que les mandan sus patrones.

Más de 90 % del comercio entre los países centroamericanos se hace por vía terrestre e inevitablemente pasa por territorio nicaragüense. Ante ello, el gobierno y empresarios costarricenses estudian utilizar transporte marítimo para evitar los tranques en Nicaragua, dijo la canciller de Costa Rica, Epsy Campbell.



“Nos tienen como escudo”

Duermen en los asientos traseros de sus vehículos y durante el día pasan largas horas de ocio sentados o acostados en hamacas que cuelgan debajo de los camiones o en los árboles que están en la orilla de la carretera.

“Ya nos tienen cansados, aburridos, espero por Dios que sea pronto la salida de este lugar para llegar a nuestro destino, a Costa Rica, a dejar esta mercancía”, expresó a la AFP el conductor Moisés Quiñonez, quien viaja desde México. “Esto que están haciendo aquí en Nicaragua es como un secuestro, lo sentimos nosotros así”, agregó.

La semana antepasada, miembros de la Comisión de Verificación y Seguridad, creada como parte del diálogo entre el Gobierno y la oposición, y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) viajaron a Carazo para interceder por los camioneros varados.

“Vinieron de los derechos humanos, pero no tenemos ninguna respuesta de ellos. Necesitamos ver de qué forma nos ayudan. Pedimos a las instituciones internacionales que hagan algo por nosotros, aquí estamos abandonados”, exclamó Flores, de El Salvador.

“Solo pedimos ayuda para ver cómo salimos de acá”, dijo Brand de Guatemala.

Los camioneros salvadoreños pidieron ayuda a su embajada en Nicaragua, mientras que los choferes de los otros países centroamericanos demandan a los manifestantes que flexibilicen el paso por Jinotepe, el único punto que ha permanecido cerrado.

“Ellos dicen que si nosotros nos vamos, nos vienen a atacar”, dijo el salvadoreño, en alusión a los operativos policiales que las fuerzas del Gobierno realizan en otras partes del país para desalojar a los manifestantes de las vías. “Nos tienen como rehenes, como un escudo”, protestó por su parte Quiñónez.

Más de 230 personas han muerto desde que iniciaron el 18 de abril las protestas contra el gobierno de Ortega, un exguerrillero de 72 años que gobernó durante la revolución (1979-90) y regresó al poder en 2007.

Aunque las partes iniciaron en mayo un diálogo para resolver la crisis, con la mediación de los obispos, “nunca llegan a un acuerdo” en sus reuniones, se quejó resignado el salvadoreño Flores.